Frente a quienes consideran que el arte prehistórico intenta representar el mundo exterior, la prevalencia de ciertos patrones geométricos a lo largo de todo el mundo se ha explicado en base a alucinaciones, que siguen lo que en matemática se conoce como inestabilidades de Turign, durante los estados alterados de conciencia inducidos por prácticas rituales chamánicas. Estas alucinaciones tendrían un sustrato neurobiológico universalmente compartido. Las inestabilidades de Turing describen cuatro tipos de patrones:
- panales y ajedrezados.
- telarañas.
- túneles y fúneles, o conos.
- espirales.
Tom Froese, Alexander Woodward y Takashi Ikegami abordan el problema desde la fenomenología y formulan la hipótesis de que cuando estos patrones visuales son vistos durante estados alterados de conciencia, son experimentados de manera directa como altamente cargados de significancia; en otras palabras, los patrones son percibidos directamente como algo significativo y por lo tanto se ofrecen a sí mismos como motivos sobresalientes de uso en los rituales.
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