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martes, 16 de abril de 2013

Pequeña historia de los fósiles europeos y su contribución a la comprensión de los procesos de hominización

El género Homo fue propuesto por Linneo. Los humanos, junto con grandes simios y monos, fueron bautizados como primates, es decir, los primeros entre todos los animales. Para los ilustrados europeos no estaba demasiado clara la diferencia entre un indígena y un simio. Se encontraba muy difundida la idea de que los salvajes constituían un estadio inferior e incompleto de la verdadera humanidad. Orangután significa hombre de la selva en malayo.
Tampoco se entendía en la época de Linneo el sentido de los fósiles entonces conocidos.
En 1856, en el valle de Neander (Neanderthal, Valle del Hombre Nuevo, Dusseldorf, Alemania) aparecieron restos humanos (bóveda craneana, dos fémures, huesos de los brazos y fragmentos de escápula y pelvis), de una naturaleza desconocida. Se propusieron varias explicaciones:
-       Raza humana salvaje anterior a los celtas y germanos.
-       Idiota patológico.
-       Cosaco mongol perseguidor de las tropas de Napoleón, enfermo de raquitismo.
-       Tipo humano inferior similar a los aborígenes australianos (Huxley).
-       En 1863 William King, alumno de Lyell, bautizó la nueva especie Homo neardenthalensis.
En 1830 se descubrieron tres cráneos en la cueva de Engis (Bélgica)
En 1848, un cráneo en Forbe’s Quarry, Gibraltar.
En 1866 se descubrió una mandíbula de formas primitivas en Naulette (Bélgica).
-       Paul Broca aseguró que la mandíbula constituía un argumento anatómico de peso a favor del darwinismo y que se trataba del primer eslabón que conectaba a los humanos con los simios.
Haeckel pensaba que los simios asiáticos eran las especies más próximas a los humanos y en su árbol genealógico de 1868 dejó un lugar para el eslabón perdido, al que denominó Pithecanthropus alalus (el hombre mono sin habla). Sus discípulos se lanzaron a la búsqueda de ese eslabón perdido. Uno de ellos, Eugène Dubois, en 1887 se alistó como médico en el ejército holandés en Indonesia. En 1891 uno de sus asistentes encontró un molar humano en el río Solo (Trinil, Java). Pronto aparecieron más restos y Dubois se dio cuenta de que aquel ser andaba erguido, aunque poseyera un cráneo a caballo entre los simios y el hombre. Lo llamó Pithecanthropus erectus (el hombre simio que anda erguido). Es conocido como El hombre de Java.
-       Muchos científicos, reacios al evolucionismo, no aceptaron un eslabón perdido tan simiesco y sugirieron que se trataba de un ancestro gigante de los gibones.
En 1903 Haberer se hizo, en las farmacias chinas, con una considerable colección de huesos y dientes de dragón. Schlosser identificó un molar superior de homínido. En 1921-1923 se excavó la cueva de Zhoukoudian (Pekín), donde Zdansky halló un molar humano muy desgastado. Black (1927) describió el Sinathropus pekinensis (hombre de Pekín).
Entre 1908-1911 el aficionado Charles Dawson descubrió unos restos en Piltdown (Inglaterra), con una combinación mitad humana (el cráneo) mitad simiesca (la mandíbula). Estos fósiles llamaron la atención de Arthur Smith-Woodward quien vio en ellos rasgos de una gran antigüedad. Lo llamó Eoanthropus dawsoni (el hombre del alba de Dawson).
-       Arthur Keith defendió durante décadas que estos fósiles correspondían a nuestro verdadero ancestro. Era europeo y de cerebro tan grande como el nuestro.
-       En 1953 se descubrió que el cráneo correspondía a un humano moderno y la mandíbula a un orangután. Nunca se descubrió al impostor. Este vergonzoso suceso enturbió el estudio y comprensión de la evolución humana.
En 1923 llegó a Sudáfrica Raymond Dart. Una de sus alumnas encontró unos restos cerca de Taung, de un individuo de unos cuatro años de edad (el niño de Taung) de cerebro pequeño y dentadura moderna. Dart lo bautizó como Australopithecus africanus (el simio africano del sur)
-       Muchos científicos lo despreciaron como a un simple mono, influenciados por los restos de Piltdown. El niño de Taung presentaba unos rasgos opuestos a los esperados.
-       En los años 30 y 40 Sudáfrica proporcionó otros importantes descubrimientos.
En 1929 se descubrió el “hombre de Pekín”, que parecía confirmar los orígenes asiáticos.

DESCUBRIMIENTOS MÁS RELEVANTES DE FÓSILES, CONSIDERADOS ATERIORES A LOS NEANDERTALES, ANTES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
EUROPA
ASIA
ÁFRICA
1908 Mauer, Homo heidelbergensis
1908-1915 Piltdown, Eoanthropus dawsoni
1933 Steinheim. Homo cf. Sapiens
1935-1936 Swanscombe. Homo cf. Sapiens
1891-1898 Trinil. Pithecanthropus erectus
1921-1941 Zhoukoudien. Sinanthropus pekinensis
1936 Mojokerto. Pithecanthropus modjokertensis
1931-1932 Solo. Homo soloensis
1937-1941 Sangiran. Pithecanthorpus /Meganthropus
1913 Olduvai OH1. Homo sapiens
1913 Boskop. Homo capensis
1921 Broken Hill. Homo rhodesiensis
1924 Taung. Australopithecus africanus
1932 Kanam. Homo kanamensis
1932 Florisbad. Homo helmei
1935 Eyasi. Africanthropus njarensis
1938 Kromdraai. Paranthropus robustus
1936-1939 Sterkfontein. Plesianthropus transvaalensis
1939 Laetoli. Meganthropus africanus

Hasta poco antes de la segunda guerra mundial, prácticamente todos los fósiles humanos importantes se habían descubierto en Europa y Asia. En este contexto, en el que Piltdown demostraba un bipedismo muy antiguo asociado a grandes cerebros, criaturas como la de Taung, de cerebros pequeños, solo podían ser ramas colaterales de la evolución. De este modo, era Asia la región desde con toda seguridad procedían los primeros humanos.
A mitad de siglo, se había alcanzado un consenso sobre la existencia del erectus con un morfotipo muy concreto entre los australopitecinos conocidos (sudafricanos) y los humanos modernos. Esta nítida distinción fue poniéndose en duda a medida que el registro fósil se iba ampliando.
En 1959 Mary Leakey, que trabajaba con su marido Louis, encontró en Oduvai (Kenia) un fósil con una dentición y mandíbula muy poderosas, que parecía ser una versión robusta de los australopitecos sudafricanos (Dear Boy). Recibió el nombre de Zinjantrhropus boisei, conocido como Zing (nombre árabe de África Oriental) o “cascanueces”.
En 1964, Louis Leakey descubrió en Olduvai restos del Homo habilis.
  • África se considera ya la cuna de la humanidad.

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