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miércoles, 2 de julio de 2014

Utillaje óseo "poco elaborado" del Paleolítico

Fragmento diafisario de tibia de gran bóvido utilizado para trabajar una materia resistente pero de cierta flexibilidad (e. g. corteza) proveniente de Axlor Nivel B.
Millán Mozota Helgueras presenta una revisión crítica de las evidencias de utillaje en materia ósea a lo largo del Paleolítico inferior y medio en Europa, así como de los denominados útiles “poco elaborados” en el Paleolítico superior y la Prehistoria reciente.

Evidencias no desestimadas de utillaje óseo del Paleolítico Inferior:
  • Zona Centro-Occidental de Italia: Se ha documentado la existencia de una producción mediante la talla por percusión en grandes fragmentos de diáfisis de elefante.
    • Castel di Guido (Radmilli y Boschian 1996).
    • Fontana Ranuccio (Segre y Ascenzi 1984).
    • Polledrara di Cecanibbio y Rebibbia-Casal de’Pazzi (Anzidei 2001).
  • Vértesszölös, en Hungría (Dobosi 2001), donde también se registra una producción ósea tallada sobre diáfisis de elefante. 
  • Para Anzidei et al. (2001) esto se integra en una estrategia de captación de materias primas que recurre al hueso para fabricar cierto tipo de herramientas, ante la escasez de litologías adecuadas a esos formatos. Costa (2010) considera ese recurso a la materia ósea como una cuestión de ubicuidad y facilidad de acceso frente a la, según su criterio, más compleja captación de materias primas líticas.
  • Se han hallado algunos retocadores. 
    • Posiblemente, el más antiguo de estos ejemplos sea un retocador óseo hallado en Gran Dolina, en la Sierra de Atapuerca (España), junto con algunos huesos que pueden haber sido modificados por percusión (Rosell et al, 2011). El conjunto tiene una antigüedad de 350-300 ka. 
    • Otros hallazgos en Boxgrove, Inglaterra (Roberts y Parfitt 1999), con datación imprecisa.
    • En Francia:
      • Orgnac (Moncel et al, 2005), 300 ka.
      • Biache-Siant-Vaast (Auguste 2002). MIS 7 (250-200 ka).
      • Cueva de Lazaret. MIS 6 (200-140 ka). Valensi, 1996.
      • Velay. MIS 5 que puede prolongarse hasta el MIS 6. Raynal et al, 2005.
Para el Paleolítico Medio, disponemos de un importante registro de utillaje óseo asociado al musteriense, que no ha sido estudiado con la suficiente profundidad.
  • Grotte des Fées (Gironde, Francia). Daleau, 1874.
  • La Quina, Francia. Henri-Martin, 1906; Chase, 1990; Bourguignon, 2001; Valensi, 2002. Esquirlas diafisarias de ungulado, posiblemente utilizadas para retocar las piezas líticas musterienses. Retocadores en extremos proximales de húmeros, realizados con una técnica avanzada. Verna y d’Errico (2010) publicaron el primer caso conocido de un retocador sobre hueso humano.
  • El Castillo (Cantabria). Breuil y Obermaier, 1914.
  • Isturitz (Pyrénées-Atlantiques). Passemard, 1922; Leroy-Prost, 1974. Diáfisis con impresiones.
  • La Ferrasie. Peyrony, 1934.
  • Bois-Roche en Charente. Vincent 1987.
  • Kulna, Moravia. Valoch, 1988.
  • Abrigo Tagliente, Verona. Leonardi, 1979.
  • Bacho-Kiro, Bulgaria. Kozlowski, 1982.
  • Peña Miel, La Rioja. Barandiarán, 1987; Mozota, 2012.
  • Cueva Morín, Cantabria. Freeman, 1971; Mozota, 2012.
  • Grotte Vaufrey, Dordogne. Nivel VIII. Vincent, 1988.
  • Cueva de Gatzarria, Zuberoa. Sáenz de Buruaga, 1991.
  • Abeilles, Francia. Sáenz de Buruaga, 1996.
  • Salzgitter-Lebenstedt, Alemania. Gaudzinski, 1999. Del conjunto de utillaje en hueso, destacan 20 costillas de mamut, trabajadas a partir de una cadena operativa bastante compleja, con una técnica refinada.
  • Prolom II, Crimea. Stephanchuk, 1993.
  • Kabazi V, Crimea. Patou-Mathis 2007.
  • Barakaevskaia, Cáucaso. Filipov y Lioubine, 1993.
  • Vindija, Croacia. Ahern et al, 2004.
  • Fumane, Italia. Jéquier et al, 2012.
  • Tagliente y San Bernardino, Italia. Malerba y Giacobini, 1996.
  • Arrillor, España. Bermúdez de Castro y Sáenz de Buruaga, 1999.
  • Covalejos, España. Sanguino y Montes, 2005.
  • Axlor, España. González Urquijo et al, 2005; Mozota, 2009.
  • Prado Vargas y Valdegoba, España. Díaz Fernández-Lomana y Navazo, 2005.
  • Figueira Brava, Portugal. Antunes, 2000.
  • Lazaret, Francia. Valensi 1996.
  • Chez-Pinaud, Francia. Beauval 2004.
  • Artenac, Francia. Armand y Delagnes 1998.
  • Sainte-Anne 1, Polignac, Francia. Raynal et al, 2010.
  • Abri Laborde/Baume-Vallée, Francia. Raynal et al, 2005.
Fuera de Europa, se documentan retocadores en:
  • Blombos Cave, Sudáfrica. Henshilwood et al, 2001.
  • Umm-el-Tlel, Siria. Boeda et al, 1998.
  • El Harhoura, Marruecos. Michel et al, 2009.
Con posterioridad al Paleolítico Medio, perviven los retocadores y el utillaje "poco elaborado".
  • Cueva de Gatzarria. Sáenz de Buruaga, 1987.
    • Nivel Cjn2 (Protoauriñaciense).
    • Nivel Cbi-Cbf (Auriñaciense Antiguo).
    • Nivel Cb (Auriñaciense Evolucionado).
  • Isturitz. Leroy-Prost, 1974.
  • En varios yacimientos auriñacienses de Charente y en Vogelherd se han recogido caninos de úrsidos, con huellas de uso (Leroy-Prost 2002). 
  • En los niveles del Auriñaciense Antiguo de la Grotte des Hyènes (Brassempouy) se ha estudiado un utillaje muy similar al hallado en contextos musterienses, que incluye retocadores, cinceles (fr. pièces intermediaires”), punzones y un “alisador” (Tartar 2003).
  • En el Chatelperroniense de Arcy-sur-Cure, en la Grotte du Bison se ha constatado la presencia de
    dos retocadores, en esquirlas diafisarias de tibia de reno y metapodio de caballo (David et al. 2005).
  • En el Solutrense de Laugerie-Haute (Dordoña) se han hallado dos retocadores sobre dientes de caballo (Castel y Madelaine 2006).
  • En el Solutrense de Le Petit Cloup Barrat (Cabrerets) se han hallado dos retocadores en esquirlas
    diafisarias de ungulados de talla media (Castel et al. 2006).
  • Para el Magdaleniense, se han citado retocadores óseos en Gönnersdorf y Andernach, Rhin (Tinnes 2001). También en Isturitz (Saint-Périer, 1930) y Labastide (Rigaud, 2007).
Por consiguiente, las destrezas técnicas para modificar el hueso que se observan en el Paleolítico Superior, incluyendo la capacidad de planificar y obtener una morfología concreta combinando técnicas y prcedimientos, están presentes en el Paleolítico Medio y al menos parcialmente en el Paleolítico Inferior. Las principales diferencias se limitan a lo cuantitativo y a la amplitud cronológica y geográfica de las evidencias y no están relacionadas con capacidades cognitivas. Podrían, en cambio, derivarse de cambios en la estructura social o económica. En este sentido, es importante recordar que el Chatelperroniense muestra una industria ósea similar a la del Paleolítico Superior.

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