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miércoles, 15 de abril de 2015

BL5-0, un diente del Hombre de Orce

Estratigrafía y arqueología de BL5-0 (Barranco León).
(A) Plano de la excavación de 1995 en la cama BL-5, que indica la distribución de artefactos líticos, restos de Hippopotamus adultos y fragmento de diente BL5-0, recuperado en 1994. La línea curva corresponde al borde del barranco. (B) Estratigrafía de Barranco León. Los fósiles de grandes mamíferos las herramientas líticas aparecen sólo en la cama BL5. (C) Superposición de los planos de excavación de 2002 y 1995 (modificado de Gibert et al. 1998b y Toro et al. 2010). La distancia entre BL5-0 y BL02-J54-100 fue de menos de 9 m. Cuadrados de 1 m de lado.
Ribot et al, 2015.
El Hombre de Orce fue Descubierto en 1982 en las excavaciones dirigidas por J. Gibert Clols en la cuenca de Baza (Venta Micena, Orce, Granada). Durante el Pleistoceno Inferior existió allí un gran lago interior que desapareció hace 100 ka. No había cuevas y la vida de los hominini se desarrollaba al aire libre. Gracias a las aguas termales sublacustres, a unos 36 ºC, el lago mantuvo un nivel freático relativamente permanente, con temperaturas más cálidas durante todo el año. Esto dio como resultado un alto nivel de productividad orgánica, especialmente en el Calabriense, lo que permitió el desarrollo de una comunidad de mamíferos rica y bien diversificada, similar a la de las sabanas africanas modernas. La alta biomasa de ungulados favoreció a los carroñeros, como las hienas y los hominini, que dispusieron de abundantes canales, lo que explica las altas densidades de restos óseos conservados en los sedimentos distribuidos a lo largo de los alrededores del lago (José Manuel García-Aguilar et al, 2014).

El triángulo comprendido entre Orce y sus dos pedanías, Fuente Nueva y Venta Micena ofrece la mayor densidad de huesos fósiles de mamíferos cuaternarios conocida hasta el momento en Eurasia.

En Fuente Nueva 3 y Barranco León 5, aparecieron restos modo 1, datados en 1,4-1,2 Ma. En Fuente Nueva hay evidencias de acción humana sobre herbívoros para consumir carne y tuétano.
  • En Venta Micena:
    • VM-0, fragmento parietal-occipital, presumiblemente de un niño. Se trata de la parte posterior de un cráneo de un niño de no más de cinco años, datado en 1,3-1,2 Ma. Al ser un resto tan fragmentario y presentar una cresa prominente, ha generado mucha controversia, pero en 2003 se halló en Francolí (Tarragona) el esqueleto de un niño, en una necrópolis del siglo IV, con la misma cresta. Según el análisis inmunológico efectuado por Concepción Borja et al (1997), el fragmento corresponde a un hominini.
    • VM1960, diáfasis humeral juvenil
    • VM3961, parte intermedia de un húmero adulto.
  • En Barranco León D (Gibert et al, 1992):
    • BL5-0, parte de un molar, corona y raíz. Toro-Moyano et al (2013) sugieren que corresponde a Hippopotamus.
    • Asociados, más de cien artefactos líticos y una mandíbula de Hippopotamus adulto.
  • En Cueva Victoria. Hallazgos datados en 0,9 Ma. En el mismo lugar se hallaron restos del primate Teropithecus oswaldi. La diferencia entre las dataciones de Cueva Victoria y el resto de las dataciones de Orce abre la posibilidad de que estos hallazgos estén relacionados con la llegada de una diferente población.
    • CV-0, falange.
    • CV-1 y CV-2, fragmentos de húmero.
Con posterioridad, en Barranco León aparecieron fragmentos molares. Isidro Toro-Moyano et al, 2013, han descrito y datado el diente deciduo dm1 izquierdo de un hominini de unos diez años BL02-J54-100, Once boy, hallado en julio de 2002, asociado a 1.244 piezas líticas modo 1 y rectos óseos con fracturas y marcas de corte. En las excavaciones de 2014 se descubrió un taller lítico.

María Patrocinio Espigares et al (2013) han investigado los restos de una carcasa de elefante hembra (Mammuthus meridionalis) en Fuente Nueva-3 cuya extracción finalizó en 2003. La carcasa apareció incompleta (le faltan las extremidades y el cráneo), rodeada de 17 lascas de sílex y 34 coprolitos de hiena gigante caricorta (Pachycrocuta brevirostris), lo que sugiere un comportamiento competitivo entre los Hominini y esta especie. Los coprolitos aparecieron en los espacios que hubieran correspondido a las extremidades y los autores interpretan que los hominini llegaros los primeros al cadáver, cortaron y se llevaron las patas y el cráneo, marchándose lo más rápido que pudieron. Después las hienas acabaron con el resto del cadáver.

Francesc Ribot, Luis Gibert, Carles Ferrández-Cañadell, Enrique García Olivares, Florentina Sánchez y María Lerí han estudiado la posición estratigráfica y espacial de BL5-0 y su morfología, llegando a la conclusión de que perteneció a un humano, confirmando la opinión de Arribas y Palmqvist (2002).
  • BL5-0 y BL02-J54-100 se encontraron a 9 m entre sí, tienen un tamaño similar, ambos con una superficie oclusal muy desgastada, facetas de contacto intersticial casi idénticas y raíces prácticamente ausentes debido a la reabsorción. Estas similitudes y la proximidad de los hallazgos sugieren que pertenecían al mismo individuo.
  • Ambos dientes provienen de la cama fosilífera BL5 (BL D), la única que contenía herramientas y fósiles de vertebrados.
  • Los autores enumeran las diferencias entre BL5-0 y los dientes de Hippopotamus.
  • Concluyen que BL5-0 corresponde a la parte mesial de un dm2 izquierdo humano. Ambos dientes posiblemente podrían ser contiguos, correspondiendo con la desarticulación de un humano fallecido y no a una pérdida ante mortem. según la interpretación para BL02-J54-100 de Toro Moyano et al, 2013.
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