Hipótesis de la Cooperación Canina |
De acuerdo con la Hipótesis de la reactividad emocional (Hare y Tomasello, 2005) la selección para un temperamento más doméstico y la reducción del miedo y la agresión, explica el mayor éxito de los perros en las interacciones de cooperación y de comunicación con los seres humanos en comparación con los lobos. Según Hare et al (2012), durante la domesticación los perros se volvieron menos agresivo y más tolerantes que los lobos no sólo hacia los seres humanos, sino también hacia sus congéneres (Virányi y Range, 2014).
Esta hipótesis se ha basado principalmente en las diferencias perro-lobo reportados en lo que respecta a su interacción con los seres humanos (Hare et al, 2002; Miklosi et al, 2003; Topal et al, 2005; Udell y Wynne, 2008; Virányi et al, 2008; Gácsi et al, 2009; Udell et al, 2011; Gácsi et al, 2013). Por lo tanto, es posible que estas diferencias reflejen sólo una mejora de la capacidad de los perros para aceptar a los seres humanos como interlocutores sociales.
La tolerancia social se refiere a la proximidad de las personas (generalmente medida en el contexto de la alimentación), que no se acompaña con agresión o bien la agresión es bidireccional y ritualizada.
La atención social describe en qué medida un individuo presta atención a sus compañeros y vigila su comportamiento e interacciones.
Friederike Range y Zsófia Virányi han observado y han realizado experimentos relativos a la socialización de perros y lobos que han sido criados y mantenidos de forma idéntica y viven en manadas en grandes recintos en el Centro de Ciencias del Lobo, con sus congéneres y seres humanos.
Friederike Range y Zsófia Virányi han observado y han realizado experimentos relativos a la socialización de perros y lobos que han sido criados y mantenidos de forma idéntica y viven en manadas en grandes recintos en el Centro de Ciencias del Lobo, con sus congéneres y seres humanos.
- De acuerdo con los resultados, los lobos están tal vez más atentos que los perros a sus interlocutores sociales y sus acciones.
- En lo que respecta a la tolerancia social, las observaciones de Frank y Frank (1982), Feddersen-Petersen (1991) y de los propios autores sugieren que el lobo es más tolerante. Al menos en cautiverio, los perros forman una jerarquía de dominancia más pronunciada que los lobos, que probablemente disuade a los animales de menor rango de desafiar los socios de mayor rango.
- La vida social de los lobos se centra en la cooperación con sus parientes. Los perros salvajes, a diferencia de los lobos, no forman unidades familiares. Las perras salvajes crían solas (Daniels y Bekoff, 1989; Boitani y Ciucci, 1995). Por otra parte, los perros salvajes generalmente se alimentan de recursos estables proporcionados por el ser humano (por ejemplo, recolección de residuos en vertederos) y raramente cazan (Butler et al, 2004; Manor y Saltz, 2004). En consecuencia, los lobos son más cooperativos que sus congéneres.
Sobre la base de estos hallazgos y la ecología social de los lobos, los autores proponen una Hipótesis de la Cooperación Canina (Range y Virányi, 2013, 2014; Virányi y Range, 2014; Range, Ritter y Virányi, 2015) que sugiere que los lobos se caracterizan por su alta atención social y tolerancia y que son muy cooperativos. Estas características de lobos probablemente constituían una buena base para la evolución de la cooperación entre perros y humanos.
A diferencia de muchas hipótesis de domesticación, esta hipótesis sugiere que los perros no fueron seleccionados por un aumento general de su atención social y tolerancia. Cuando se les proporciona socialización humana intensiva, los lobos aceptan los seres humanos como interlocutores sociales y pueden utilizar la información de las personas como lo hacen los perros.
La Hipótesis de la Cooperación Canina es compatible con otras teorías evolutivas que enfatizan el papel que jugaron en la evolución de los perros las similitudes entre los lobos y los humanos en la sociabilidad y la cooperatividad (Schaller y Lowther, 1969; Clutton-Brock, 1984; Schleidt, 1998) y con las hipótesis de domesticación que abordan específicamente la conducta de perros dirigida a humanos. Por ejemplo, se ha sugerido que se seleccionaron perros por el reducido recelo y fácil socialización con los seres humanos (Scott y Fuller, 1965; Klinghammer y Goodmann, 1987); esto sin duda les ayudó a ampliar sus habilidades sociales heredadas de los lobos.
La domesticación de los perros
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