sábado, 20 de abril de 2019

Teorías sobre la aparición del comportamiento moderno

Henshilwood y Marean (2003) sintetizaron los rasgos de la conducta humana moderna (Modern human behavior, MHB):
  • Enterramientos y prácticas rituales. 
  • Arte, adornos y decoración. 
  • Uso simbólico del ocre. 
  • Trabajo del hueso y el asta. 
  • Tecnología lítica laminar. 
  • Estandarización de los tipos de artefactos. 
  • Diversidad de artefactos. 
  • Construcción de hogares estructurados. 
  • Uso organizado del espacio doméstico. 
  • Redes amplias de intercambio. 
  • Explotación efectiva de grandes mamíferos. 
  • Movilidad estacional. 
  • Ocupación de ecosistemas rigurosos. 
  • Pesca y caza con proyectiles. 
Estos rasgos evidencian una elevada capacidad de planificación, continuas innovaciones económicas y sociales, pensamiento abstracto, lenguaje articulado plenamente desarrollado, concepción de la idea de la muerte, comportamiento simbólico, capacidad de representar gráficamente objetos y conceptos.

Christopher JH Ames et al (2013) niegan la validez de la categoría "comportamiento moderno" por vaga y mal definida y proponen definirla en términos extrictamente conductuales.

Fundamentos de la Arqueología Cognitiva
Inicialmente, el "comportamiento moderno" se asoció con los humanos anatómicamente modernos (HAM) y se consideraba que había surgido de forma brusca hace unos 40 ka, tal como se reflejaba en el registro arqueológico del Paleolítico Superior europeo. Nuevos descubrimientos revelaron que tanto el HAM como el "comportamiento moderno" se desarrollaron gradualmente en África en los últimos 300 ka y que el registro arqueológico de los últimos neandertales incluye enterramientos, uso de pigmentos, enmangados, ornamentación personal y otras manifestaciones "modernas" (Zilhao, 2011). Otros autores ponen el acento en la emergencia de ciertas capacidades cognitivas o en la presión demográfica y la transmisión cultural (Francesco d’Errico y William E. Banks, 2013).

Langbroek (2011) propone que deberíamos imaginar la emergencia del "comportamiento moderno" como un proceso ramificado de evolución darwiniana. Dentro de ese marco, las "cogniciones" serían respuestas a presiones selectivas, creando así una variedad de resultados que no pueden ser calificados unilinealmente como más o menos modernos.

Para Christian A. Tryon y J. Tyler Faith (2013) el énfasis en los factores sociales y ambientales cambia nuestras expectativas en la búsqueda de los orígenes del comportamiento moderno. Si los patrones varían con los diferentes entornos sociales y físicos, entonces deberíamos esperar una calibración temporal y espacial en la expresión de los elementos vinculados al comportamiento moderno. Esto es consistente:
  • Con la irregular distribución temporal-espacial de las huellas arqueológicas asociadas a la modernidad (d'Errico 2003; d'Errico y Stringer 2011; Habgood y Franklin 2008; McBrearty y Brooks, 2000; modelo cultural de d'Errico y Stringer (2011); modelo de mosaico policéntrico de Conard, 2008).
  • Con un origen biológico africano para nuestra especie, y un origen euroasiático para el Auriñaciense (Mellars 2006).
  • La presencia en yacimientos neandertales de algunos comportamientos clásicamente relacionados con los humanos modernos (d'Errico y Stringer 2011).
Modelo Sintético para la MSA en el Sur de África. Conard y Porraz, 2015.

 Modelos para la evolución cultural y del comportamiento humano moderno

Los investigadores han desarrollado varios modelos basados en el registro arqueológico de la MSA, que difieren en las trayectorias y fechas de los cambios, mecanismos causales, foco geográfico y alcance general (Will, Conard y Tryon, 2019).
  1. McBrearty y Brooks (2000) sugieren que esta evolución cultural fue un proceso largo, gradual y acumulativo en África, que comenzó con el origen del sapiens hace ca 200-150 ka, en una única población conectada. La naturaleza revolucionaria del Paleolítico Superior europeo se debe más a la discontinuidad del registro arqueológico que a las transformaciones culturales y cognitivas. Son los yacimientos africanos más antiguos los que deben darnos el punto de partida. Entienden que los sapiens arcaicos engloban con probabilidad varias especies. En la MSA existe un fuerte componente laminar en conjuntos muy antiguos como Gademotaa o Kapthurin (280 ka). También una producción sistemática y patrones de diseño formal de puntas, con la existencia de estilos regionales. Reconocen las tradiciones culturales. Destacan las industrias geométricas y microlíticas en contextos de MSA. Interpretan que la mayor abundancia de caza de animales peligrosos en la LSA se debe a una ampliación del espectro dietético debida a la presión demográfica. De modo parecido opinan Henshilwoodd y Marean (2003).
    • J. Lind et al (2013) defienden un origen temprano y achacan a la lentitud de la evolución cultural en sus etapas iniciales el hecho de que no dispongamos de manifestaciones culturales claras hasta mucho después de 170 ka.
    • Para Cela y Ayala, este es el esquema más razonable para entender las evidencias arqueológicas, paleontológicas y moleculares. La nueva mente y quizá el lenguaje son patrimonio de nuestra especie a lo largo de todo el lapso de su existencia.
    • Para d'Errico (2003) McBrearty y Brooks reconocen la modernidad en los registros africanos y crean la impresión engañosa de una acumulación gradual de estos rasgos en África. En su opinión, estas listas de rasgos no necesariamente pueden ser aplicadas a las poblaciones humanas que vivían en ambientes radicalmente diferentes y que tenían diferentes trayectorias culturales. Para d'Errico el "comportamiento moderno" no es un concepto útil y se debería explorar la emergencia de la innovación cultural en cada región del mundo, independientemente de la filiación taxonómica de la población en cuestión.
    • El patrón temporal del cambio tecnológico es más complicado que el sugerido por  McBrearty y Brooks, aunque se detectan algunas señales de fondo de complejidad creciente en la mayoría de las regiones.
  2. Klein (1994, 2000, 2008, 2009; apoyada por Bar-Yosef, Davidson, Noble, Stringer, Gamble, Mellars, etc.) propone un repentino origen del comportamiento moderno en África hace ca 50-40 ka, coincidiendo con el origen de la LSA y un marcado incremento de la complejidad material.  Este proceso fue posibilitado por una mutación genética que provocó cambios neurológicos (por ejemplo el lenguaje) y un florecimiento de las innovaciones en el comportamiento. Esta mutación surgió una sola vez en una población y los cambios culturales se extendieron a otros grupos interconectados. Para Klein (2001) los yacimientos típicos de la MSA de finales del Pleistoceno Medio y comienzo del Superior (Blombos Cave, Klaises River, Border Cave…) se caracterizan por lascas más o menos alargadas extraídas de núcleos preparados; entre los retocados predominan raederas, denticulados, puntas bifaciales y elementos de dorso. Estos hallazgos son muy semejantes a los del musteriense y Klein no acepta las tradiciones regionales. MSA se diferencia de LSA claramente en la menor variedad de tipos líticos, estabilidad y uniformidad de los conjuntos en el tiempo y el espacio, ausencia de objetos de hueso, concha y manifestaciones artísticas. Los artefactos en hueso y 39 conchas perforadas con restos de ocre hallados en Blombos Cave y atribuidos a la MSA (75.000 años) podrían deberse a una mezcla de los materiales estratigráficos. Durante la LSA hay una intensa actividad pesquera y de caza de pájaros, lo que manifiesta una tecnología sofisticada, que no existe de ningún modo durante la MSA. Los restos de conchas son mucho más grandes en la MSA lo que indica una recolección mucho más intensiva durante la LSA. Durante la LSA, los cazadores recolectores cazaban focas en la costa entre agosto y octubre, cuando las crías de 9-10 meses pueden ser interceptadas junto a la línea del mar. Por el contrario, en la MSA la movilidad estacional parece no existir, lo que Klein interpreta como una dependencia de las fuentes de agua. Por último, en la LSA los humanos cazaban animales peligrosos gracias al uso del arco y la flecha.
    • Hay amplia evidencia del registro arqueológico africano para rechazar el modelo de Klein (McBrearty y Brooks, 2000; Henshilwood y Marean, 2003; Lombard, 2012; Conard, 2013).
    • Estudios recientes no encontraron bases neurológicas ni genéticas para un cambio revolucionario durante MIS 3 (Mallick et al, 2016; Neubauer et al, 2018). Muchas innovaciones de comportamiento, como la fabricación de cuentas de concha, herramientas óseas y grabados abstractos se pueden remontar a MIS 5 en varias regiones de África. Otros comportamientos, como el uso de ocre, el enmangamiento y el forrajeo costero, se remontan a MIS 6 o antes. 
  3. Para Parkington (2001, 2003, 2010), el uso de recursos marinos con alta concentración de nutrientes específicos del cerebro, condujo a cerebros más grandes y a un aumento de las funciones cognitivas en MIS 5 (hace ca 130–74 ka).
    • La evidencia de forrajeo costero es débil en África Occidental y Oriental, mientras que las poblaciones de las regiones interiores también han producido evidencia temprana de cultura material avanzada y los neandertales muestran comportamientos ampliamente comparables (Will et al, 2019).
  4. Marean (2011, 2015, 2016) vincula la evolución de la cognición avanzada y el aumento de la socialidad con los cambios climáticos del Pleistoceno Tardío que comienzan en MIS 6, con algunos grupos centrados en zonas costeras densas con recursos predecibles que provocaron grandes cambios en la territorialidad, la formación de grupos etnolingüísticos y complejas relaciones sociales entre grupos distantes a través de la cultura material. (Will et al, 2019).
    • La evidencia de forrajeo costero es débil en África Occidental y Oriental, mientras que las poblaciones de las regiones interiores también han producido evidencia temprana de cultura material avanzada y los neandertales muestran comportamientos ampliamente comparables (ver Will et al, 2019).
  5. El "Modelo sintético" (por ejemplo, Jacobs et al, 2008; Jacobs y Roberts, 2008, 2009; Henshilwood y Dubreuil 2011; ver discusión en Conard et al, 2014) se centra en el rico registro del sur de África y sostiene que la evolución conductual temprana de H. sapiens en esta región se caracteriza por abruptos y discontinuos cambio culturales con dos periodos de innovación cultural cortos y desconectados en MIS 4, seguidos de fases menos sofisticadas. Estos cambios se explican principalmente por fluctuaciones demográficas, con un aumento de las conexiones intergrupales que conducen a una mayor complejidad cultural y una posterior propagación hacia el norte (ver también Mellars, 2006; Mellars et al, 2013). La relación con el resto de África no está clara. Considera que las tecnologías de la MSA Still Bay (SB) y Howiesons Poort (HP) representan entidades culturales y períodos de excepcional innovación y se basa en gran medida en los resultados de las excavaciones de yacimientos como Blombos, Diepkloof, Sibudu, Hollow Rock Shelter y Apollo 11, así como las dataciones obtenidas por Jacobs y Roberts (2017) de hace 73,2-70,6 ka y 66,8-58,2 ka respectivamente. Los investigadores hacen hincapié en unas cronologías y complejos tecnológicos difusos (Conard y Porraz, 2015).
    • Hay poca evidencia de un patrón unilineal y discontinuo.
  6. Conard (2005, 2008, 2010a, 2013) sugiere un modelo de "Modernidad policéntrica en Mosaico", rechazando la idea de un origen en un lugar concreto de África. El modelo, en cambio, favorece un patrón descentralizado, heterogéneo y de múltiples orígenes a escala global. Enfatiza la contingencia histórica, con formas de comportamiento "modernas" que ocurren en diferentes momentos en diferentes contextos ambientales, sociales y económicos. Este modelo asume capacidades cognitivas y de comportamiento iguales entre las diferentes poblaciones.
    • Este modelo es el que mejor encaja con las evidencias disponibles.
    • Para ampliar el modelo desde un punto de vista analítico, se puede recurrir a ideas teóricas recientes sobre paisajes culturales y adaptativos con fuertes desniveles (Kuhn, 2006; Lombard, 2012; 2016; véase también Kandel et al, 2016). Estos paisajes presentan varios picos y valles adaptativos de diferentes alturas, correspondientes a los máximos y mínimos locales de adaptación. Recientemente, arqueólogos como Kuhn (2006) y Lombard (2012, 2016) han adoptado este concepto para sistemas socioculturales con picos de diferentes alturas para mayor aptitud o complejidad cultural, lo que refleja la influencia de múltiples factores. Se pueden aplicar tales analogías al registro africano durante 200-30 ka: la agregación de regiones con diferentes características geológicas, geográficas, ambientales, biológicas y demográficas, produce un paisaje de aptitud física "global" con topografías espaciales complejas. Se puede predecir que estas condiciones rara vez resultarán en soluciones o adaptaciones panafricanas únicas, óptimas y estables. Más bien, los humanos modernos tempranos se enfrentaron con una multitud de estados adaptativos locales, subóptimos, que variaban dinámicamente en cada región, a diferentes ritmos debido a diferentes estímulos externos e internos. Los escasos periodos durante los cuales los factores externos e internos actuaron de manera similar en diferentes regiones podrían dar como resultado soluciones ampliamente comparables (por ejemplo, el norte frente al sur de África durante MIS 5). Además, la transmisión de información entre grupos conectados pudo servir como atractores para alcanzar picos adaptativos similares, creando señales regionalmente homogéneas en ciertas circunstancias, pero también conducir a una mayor divergencia entre las regiones. Las diferencias en la trayectoria temporal entre regiones también pueden ser amplificadas por los efectos de inercia, con la acumulación diferencial de soluciones pasadas que dan forma a los caminos de las decisiones posteriores. El punto de vista aquí formulado enfatiza que los patrones de evolución cultural están afectados por múltiples factores e históricamente contingentes en las condiciones iniciales de las poblaciones (dependencia del camino). Estas ideas comparten puntos en común con modelos matemáticos que enfatizan un vínculo entre el tiempo, la demografía y la complejidad cultural (por ejemplo, Shennan, 2001; Henrich, 2004; Powell et al, 2009; Kolodny et al, 2015) y las ideas de sistemas complejos en los que la interconectividad y el número de agentes ("NK landscapes") desempeñan un papel crucial en la gestión de la complejidad y el cambio cultural (Kauffman, 2000; Bentley y Maschner, 2003).

Evidencias de capacidades culturales
Datación estimada (ka)
Aislamiento genético Mbuti
>170
Re-flujo genético de Asia a África
(que no alcanzó Sudáfrica)
>170
Morfología del hueso hioides
>500
Genes raros en poblaciones click-speaking
35-50
Concordancia de árboles genéticos y lingüísticos
>170
Explosión cultural europea
30-40
Herramientas líticas avanzadas
>500
Enterramientos rituales
>500
Fuego
>1,000
Las manifestaciones del simbolismo en las distintas culturas arqueológicas.
Las pruebas de emergencia de conducta humana moderna que suelen presentarse son:
  • Enterramientos con cáscaras de avestruz y huesos perforados (collares) de hace 100.000 años en Border Cave (Sudáfrica) y Zhoura (Marruecos).
  • Armas en forma de proyectiles y enmangamientos:
    • La más temprana evidencia de enmangamiento es objeto de controversia y procede de Kathu Pan, Sudáfrica, con una datación de ca 500 ka (Wilkins et al,2012; Wilkins y Schoville 2016; Rots y Plisson, 2014). Con mayor aceptación, se han encontrado evidencias datadas en MIS 7/8 en África (por ejemplo Rots y Van Peer, 2006), Levante Mediterráneo (por ejemplo Boëda et al 2008; Shea, 1993) y Europa (por ejemplo Mazza et al, 2006; Rots, 2013). La distribución espacial de estos hallazgos indica que sus autores pertenecen a poblaciones humanas diferentes, lo que sugiere que el enmangamiento corresponde a un comportamiento convergente con múltiples lugares de origen (Barham, 2013). 
    • Yonatan Sahle et al (2013) identificaron 16 armas de proyectil compuestas en el conjunto de la Formación Gademotta, Etiopía, 8 de ellas datadas en más de 279 ka.
    • En Pinnacle Point 5-6 (PP5-6, Sudáfrica), para elaborar las puntas de piedra, había que encontrar y recoger un tipo específico de piedra llamada silcrete. Luego, reunir leña y transportarla al lugar de tratamiento de la piedra y calentarla a la temperatura adecuada. Se erosionaba la roca para formar hojas diminutas y afiladas, y se unían con masilla a madera o hueso para crear herramientas compuestas en forma de flechas o dardos. Esta tecnología compleja se ha datado en 71 ka y ha dejado restos durante 11 ka en PP5-6, lo que implica transmisión cultural.
    • En Klasies River, Sitio Principal, se hallaron evidencias de caza con arco datadas en hace más de 60 ka (Bradfield et al, 2020)
  • Piedras ornamentales en Seggédim (Níger 130 ka). Piedra silcreta con líneas cruzadas (seis cruzadas por otras tres) realizadas con un marcador de ocre de Blombos Cave, datada hace 73 ka, procedente de un nivel Still Bay (Henshilwood et al, 2018).
  • Muchos yacimientos con cuentas, objetos grabados y perforados (40-20 ka).
  • Para Ambrose y Lorenz (1990) las puntas de tipo Still Bay y los conjuntos Howiesons Poort (70-60 ka) representan una muestra de la capcidad de los humanos modernos para responder a los cambios en la distribución de los recursos producidos por las transformaciones de las condiciones ambientales.
  • Serie de arpones en hueso del yacimiento de Katanda (Congo) y artefactos de madera de Blombos Cave (70 ka).
  • Explotación de recursos marinos y fluviales. Se han recuperado restos de peces, moluscos o artefactos de pesca en Blombos, Katanda, Klasies River, Die Kelders y Sea Harvest. En 2011 se publicó el hallazgo en la cueva de Jerimalai, en la isla de Timor Oriental, de 38.000 huesos de 2.843 peces de 23 especies diferentes capturados por humanos hace 42.000 años. Entre los restos hay huesos de atunes, tiburones y rayas, lo que significa que estos primeros humanos ya pescaban mar adentro y en las profundidades.
  • Hay pruebas de estructuración del espacio doméstico en Katanda, Mumbwa Cave (Zambia) Rose Cottaghe Cave (Sudáfrica), Rhafas (Norte de África) y Wadi Sodmein (Norte de África).
  • En 2012, el equipo dirigido por Francesco d’Errico documentó el análisis de objetos hallados en Border Cave, montañas Lebombo, KwaZulu-Natal (Sudáfrica), datados en 44 ka.
    • Según Backwell, los resultados del análisis han demostrado, "sin lugar a dudas" que, hace 44 ka, los habitantes de Border Cave utilizaban palos de escarbar que incorporaban piedras perforadas, iguales a los palos utilizados tradicionalmente por los San.
    • Una punta de hueso estaba decorada con una espiral llena de ocre rojo, semejante a las flechas de caza de los bosquimanos.
    • El análisis químico de los residuos en un palo de madera, decorado con incisiones, datado en 24 ka, revela que, al igual que los objetos de los San, utilizados para la misma finalidad, se utilizaban para transportar un veneno (ácido ricinoleico) presente en las semillas de ricino, lo cual representa la primera evidencia de uso del veneno.
    • Los investigadores también hallaron un trozo de cera de abejas, mezclado con resina tóxica, envuelto en fibras vegetales elaboradas a partir de la corteza interior de una planta leñosa. Es la evidencia más antigua conocida de la utilización de la cera de abejas.
    • Además, el estudio de las herramientas de piedra descubiertas en las estas capas arqueológicas muestra una evolución gradual en la tecnología de las herramientas de piedra.
  • Pigmentos. 
    • En 2011 Christopher Henshilwood et al publicaron el descubrimiento en la cueva de Blombos, Sudáfrica, de un taller de hace 100 ka que aparentemente fue utilizado por Homo sapiens para hacer, mezclar y almacenar ocre; los restos recuperados permiten intuir el proceso completo de la fabricación de la pintura. Para Lyn Wadley representa una evidencia de pensamiento abstracto. 
    • Destacan también los hallazgos en la cueva Apolo 11 (Namibia) datada en 28-26 ka, si bien Millner y colaboradores (1999) han defendido una datación de cerca de 60 ka. 
    • Desmond Clark y Kurashina (1979) en su estudio de Gadeb, que puede tener hasta 1,5 Ma, llamaron la atención acerca de la presencia de fragmentos de basalto muy desgastados que al ser raspados dan pigmento rojo, pero no hay ningún indicio de que fuesen raspados.
    • En Isernia la Pineta, Italia (ca 610 ka; Coltorti et al, 2005), algunas piedras muestran coloración roja (Cremaschi y Peretto, 1988).
    • Dejando de lado esta posibilidad, los primeros restos de ocre rojo tienen 300-250 ka: GnJh-15 (Kenya; McBrearty y Brooks, 2000), Twin Rivers Kopje (Zambia; Barham et al, 2000), Terra Amata (Francia; de Lumley 1966), Hunsgi Locality V (Sur de la India; Paddaya, 1976)
      • El uso de pigmentos se ha atribuido a fines decorativos, pero estos yacimientos no contienen pinturas en las piedras ni instrumentos coloreados. Podrían haberse utilizado para decorar el cuerpo humano, pero también para mejorar la conservación, para la protección solar o como adhesivo para enmangamientos.
        • La hipótesis del uso de pigmentos por las hembras (FCC, female cosmetic coalitions hypothesis; Knight, Power, y Watts 1995; Power 2009, 2010, 2014; Power, Sommer, y Watts, 2013) propone que las mujeres utilizaron los pigmentos para simular la menstruación e impedir que los varones distinguiesen las fértiles de las lactantes o preñadas; de esta forma, la atención masculina se repartiría entre todas las hembras y no solo entre las capaces de concebir. 
        • Por el contrario, Kuhn (2014, cheap-but-honest” signaling hypothesis) recalca que los pigmentos son la forma más económica de mostrar señales y coordinar la acción a través de rituales de pequeña escala que promueven la identidad compartida y la cooperación.
    • Barhanm (2002) encontró numerosos restos de pigmentos en Twin Rivers en contextos asociados con el comienzo de la MSA. En otros conjuntos de la MSA sudafricana como Kapthurin o Kabwe se constata también el uso del ocre. Para él, es una evidencia clara de comportamiento simbólico.
    • Ian Watts, Michael Chazan, y Jayne Wilkins (2016) han reexaminado las colecciones de Kathu Pan 1, Wonderwerk Cave y Canteen Kopje, datadas en más de 1,1 Ma (Beaumont y Bednarik, 2013). Los pigmentos están ausentes en los materiales achelenses, salvo en las colecciones más jóvenes. En los contextos Fauresmith (al menos 500 ka) se utilizan de forma irregular. Hace ca 300 ka, los pigmentos se utilizaban de forma regular en toda el área, con transporte a distancias considerables y uso en entornos iluminados por el fuego.
Objetos hallados en Border Cave
-       Estas evidencias indican tres cosas:
o    Los cambios cognitivos de Homo sapiens se traducen en indicios de una cultura moderna desde la aparición de nuestra especie en África.
o    El aumento de complejidad fue gradual.
o    Sólo dejando de lado los indicios africanos es posible asombrarse ante la aparición súbita de la explosión artística auriñaciense.
-       Las tesis gradualistas hablan de manifestaciones artísticas o simbólicas ya en el Pleistoceno Medio, con los ergaster. McBrearty y Brooks (2000) reducen al sapiens la conducta simbólica.
-       Los gradualistas tendrán que aceptar que las manifestaciones supuestamente artísticas de los periodos achelense (grado erectus) y musteriense (Neandertal) son muy escasas, de significado dudoso y, por así decirlo, cogidas por los pelos en cuanto a su contenido simbólico. En realidad lo que hacen Sally McBerry y Alison Brooks es ampliar la explosión de la eclosión artística de 40.000 a 100.000 años pero siempre dentro de la autoría por Homo sapiens


¿Hasta que punto las decoraciones geométricas o los pigmentos pueden considerarse manifestaciones de un pensamiento simbólico? La respuesta parece arbitraria.

LA RELIGIOSIDAD

Se considera que están ligados a prácticas religiosas los siguientes hallazgos:
  • Enterramientos intencionados con claros ajuares. Los enterramientos indican el concepto de la existencia de otro mundo al que se puede acceder después de la muerte con ciertas condiciones (ritos y ajuares).
  • Manifestaciones gráficas en lugares oscuros, dentro de las cuevas y en cierto modo aislados de la sociedad en lugares ocultos (manos, teriántropos, figuras de animales, signos, etc.). 
  • Estatuillas de intencionalidad poco conocida, pero con signos que parecen indicar un fin preciso (humanos bestializados o teriántropos, sexo, maternidad, etc.).
El comportamiento religioso surgió en el Paleolítico Superior, hace menos de 30 ka, pero algunas manifestaciones, como los ritos funerarios, se remontan al Paleolítico Medio, hace 300 ka, protagonizadas por los neandertales y los primeros sapiens. El ritual, la espiritualidad, la mitología y el animismo pudieron haber tenido historias separadas antes de combinarse en un comportamiento religioso.
El entierro intencional, sobre todo si se acompaña de objetos de prestigio, es una de las primeras formas detectables de práctica religiosa. Aunque controvertida, la evidencia sugiere que los neandertales fueron los primeros homínidos a enterrar a los muertos intencionalmente, en tumbas poco profundas junto con herramientas de piedra y huesos de animales (Shanidar en Irak, Kebara Cave en Israel, y  Krapina en Croacia). Algunas marcas de descarnamiento de los huesos de los fallecidos neandertales (Combe-Grenal y Abri Moula en Francia) sugieren razones religiosas.
Recreación del enterramiento neandertal de Shanidar
Algunos arqueólogos proponen que las sociedades del Paleolítico Medio pudieron haber practicado alguna forma de totemismo o adoración de los animales. Emil Bächler sugiere un generalizado culto al oso cavernario.
Los primeros entierros humanos indiscutibles se remontan a 90.000 años (Skhul, Qafzeh, Israel), con uso de ocre rojo, un pigmento de mero valor simbólico, y de una variedad de objetos funerarios.
Otros estudiosos creen que la religión sólo apareció hace unos 50 ka, momento en el que se datan varios enterramientos con ajuar funerario y pinturas rupestres. En Lascaux (17 ka) aparecen representaciones de bestias extrañas que han sido interpretadas como indicios de creencias chamánicas.
El primer entierro conocido indiscutible de un chamán se ha datado en 30 ka en un yacimiento en la República Checa y corresponde a una mujer.
Entre los enterramientos descubiertos, muy pocos son lujosos y además su frecuencia baja a media que transcurre el tiempo, quizá por un empeoramiento progresivo de las condiciones de vida. Los entierros masculinos son más frecuentes y los de niños son raros.
Para Vincent W. Fallio, el culto a los antepasados surgió en las complejas sociedades del Paleolítico Superior. Las élites de estas sociedades pudieron haber utilizado los rituales especiales y el culto a los antepasados ​​para solidificar el control de sus sociedades. Las sociedades secretas pueden haber desempeñado una función similar.
Las figuritas de Venus, que se producen abundantemente en el Paleolítico Superior, proporcionan un indicio de magia simpática: pudieron haberse utilizado para asegurar el éxito en la caza y para lograr la fertilidad de la tierra y las mujeres.

Venus de Willendorf


miércoles, 10 de abril de 2019

Homo luzonensis


Restos fósiles de H. luzonensis. Détroit et al (2019).
a, holotipo CCH6: dientes maxilares postcaninos en perspectiva oclusal (izquierda) y bucal (derecha), con representación tridimensional de esmalte (azul oscuro), dentina y cemento (marrón claro) y cavidad pulpar (gris oscuro) para CCH6-b – CCH6-e. 
b, falange manual intermedia CCH2 (perspectivas dorsal, lateral y palmar)
c, falange manual distal CCH5 (perspectivas dorsal, lateral / medial y palmar)
d, falange proximal del pie CCH4 (perspectivas dorsal, lateral y plantar).
e, falange intermedia del pie CCH3 (perspectivas dorsal, medial y plantar). 
f, P3 o P4 izquierdo CCH8: persepectivas oclusal (superior) y bucal (inferior), con representación tridimensional de esmalte, dentina y cemento, y cavidad pulpar. 
g, M3 derecha CCH9: persepctivas oclusal (superior) y bucal (inferior). 
h, Eje femoral juvenil CCH7 (persepctivas anterior, lateral y posterior). 
Barras de escala, 10 mm (a – g) y 20 mm (h).
En la capa 14 de la Cueva Callao (norte de Luzón, Filipinas) se halló, en 2007, CCH1, un metatarsiano humano. En la misma capa estratigráfica se recuperaron posteriormente siete dientes maxilares postcaninos (CCH6-a a CCH6-e, CCH8 y CCH9), dos falanges de la mano (CCH2 y CCH5), dos falanges del pie (CCH3 y CCH4) y un eje femoral (CCH7). CCH1 y CCH6-a se dataron directamente por series de uranio a un mínimo de 67 ka y 50 ka respectivamente. Los restos pertenecen al menos a tres individuos. En base a un particular mosaico de características primitivas y derivadas, Détroit et al (2019) los asignaron a una nueva especie: Homo luzonensis.

Holotipo

CCH6 (CCH6-a a CCH6-e), dientes postcaninos del maxilar derecho de un mismo individuo, recuperados el 24 de agosto de 2011.

Características

  • Los dientes son de pequeño tamaño, con una relación del tamaño de la corona molar mayor que en otras especies de Homo
    • Premolares superiores con dos o tres raíces; corona lingual mesio-distalmente expandida; la dentina y el esmalte se unen de forma diferente a sapiens, neanderthalensis y erectus asiático.
    • Molares superiores muy pequeños con M1> M2> M3; morfología oclusal simplificada, con reducción de metacono e hipocono, sin crenulación en la unión del esmalte con la dentina, que es parecida a sapiens y erectus asiático.
  • Falange manual intermedia larga y estrecha, a diferencia de todos los Homo salvo sapiens, con un eje longitudinalmente curvado y dorso-palmarmente comprimido. Comparte afinidades con  Australopithecus, H. floresiensis y, en menor medida, sapiens. La falange distal muestra proporciones diferentes a las de los primeros Homo, Paranthropus, Homo naledi, H. floresiensis y H. neanderthalensis
  • El tercer metatarsiano tiene una base muy pequeña en relación con la longitud del hueso, dorso-plantarmente corta y con una marcada convexidad dorsoplantar de la faceta articular proximal. La falange proximal del pie comparte afinidades de forma con Australopithecus: curvatura longitudinal marcada, una pequeña cabeza bicondilar y una inclinación dorsal débil de la superficie articular proximal (a diferencia del Homo temprano africano y europeo H. naledi, H. neanderthalensis, H. floresiensis y H. sapiens).

Significado evolutivo

Se desconoce el origen de H. luzonensis, así como sus relaciones filogenéticas con otros Homo. No ha sido posible recuperar ADN.
El reciente descubrimiento de herramientas de piedra y un rinoceronte sacrificado en el cercano Valle Cagayan (Ingicco et al, 2108), indica que los Homo han estado presentes en Luzón desde hace más de 700 ka. 
Homo luzonensis y Homo floresiensis coinciden en el mismo intervalo temporal al este de la Línea Wallace. Los esqueletos de ambas especies presentan rasgos anatómicos que recuerdan a Australopithecus, raros o ausentes en otros Homo.
Como es el caso de la isla de Flores, Homo llegó a Luzón atravesando un importante brazo de mar. La fauna de la isla es altamente endémica con presencia en los vertebrados de convergencias evolutivas y reversiones que podrían explicar la anatomía de luzonensis.

Poblamiento del Sureste de Asia, Australia y Oceanía

Hace 40 ka, debido a la retención de agua en los glaciares, Nueva Guinea, Australia y Tasmania formaban un único continente conocido como Sahul. La distancia a Asia era de unos 100 km. Los primeros emigrantes debían conocer la construcción de balsas, pues llegaron también a Nueva Bretaña y Nueva Irlanda en el mismo periodo, separadas también a 100 km. Otra posible ruta pasa por Nueva Guinea (Bird et al, 2019). En el sureste de Asia, las señales de humanos modernos tempranos son escasas.
  1. En la isla de Flores tenemos material arqueológico en Liang Bua datado entre 74-61 ka, que seguramente puedan encajar a Homo sapiens, auque hay que recordar que en esta zona es donde aparecieron los famosos restos del Homo floresiensis pero con dataciones posteriores.
  2. Una datación reciente de unos dientes hallados por Dubois en Lida Ajer (Padang, costa oeste de Sumatra) los ha fechado en hace 73-63 ka (Westaway et al, 2017).
  3. En Tam Pà Ling (Cueva de los Monos), Montañas Annamite (norte de Laos), se han recuperado (Demeter et al, 2017):
    • Datados en hace 63-44 ka.
      • TPL 1. Un cráneo recuperado en 2009 con morfología completamente moderna. El escaso desgaste de los molares sugiere que perteneció a un adulto joven.
      • TPL 2. Una mandíbula hallada en 2010, con rasgos en mosaico.
    • TPL 3. Mandíbula. Datada en hace 70 ka.
    • TPL4. Fragmento de costilla izquierda.
    • TPL5. Fragmento de falange del hállux derecho.
    • No se han hallado artefactos.
    • La morfología mosaico de TPL 2, junto con la morfología completamente moderna de TPL1 y las características de los fósiles de otros yacimientos, sugieren una gran variación morfológica en las primeras poblaciones humanas modernas que residían en Eurasia Oriental en MIS 3 (Fabrice Demeter et al, 2015).
  4. En la capa 14 de la Cueva Callao (norte de Luzón, Filipinas) se halló, en 2007, CCH1, un metatarsiano humano. En la misma capa estratigráfica se recuperaron posteriormente siete dientes maxilares postcaninos (CCH6-a a CCH6-e, CCH8 y CCH9), dos falanges de la mano (CCH2 y CCH5), dos falanges del pie (CCH3 y CCH4) y un eje femoral (CCH7). CCH1 y CCH6-a se dataron directamente por series de uranio a un mínimo de 67 ka y 50 ka respectivamente. Los restos pertenecen al menos a tres individuos. En base a un particular mosaico de características primitivas y derivadas, Détroit et al (2019) los asignaron a una nueva especie: Homo luzonensis.
  5. En Sulawesi (Célebes, Indonesia), se han recuperado útiles líticos en el sitio Leang Burung 2 datados en hace 50 ka (Brumm et al, 2018).
  6. En Timor oriental, en la cueva de Jerimalai, se encontraron infinidad de utensilios de piedra (más de 9.700) y casi 40.000 huesos de hasta 22 familias diferentes de pescados, además de fósiles de otros animales terrestres del entorno, de los que también se alimentaron los seres humanos, y ornamentos con una datación de hasta 42 ka. Algunos de los vestigios pertenecen a atunes, lo que implica que los habitantes de aquel lugar pescaban desde embarcaciones en alta mar. Hay que poner en relación estos pueblos con toda seguridad con los primeros colonizadores de Australia.
  7. Los restos más tempranos datados con seguridad, corresponden a la Cueva Niah y a Tianyuandong.
    • En la Cueva Niah (Borneo), J. Harrison descubrió en 1958 un esqueleto datado en 45-39 ka. Barker et al, 2007. Klein, 2009. Curnoe et al, 2016.
    • El esqueleto de Tianyuandong fue hallado en 2001 en una cueva a 6 km del núcleo del Complejo Zhoukoudian. Datado en hace 42-39 ka.
  8. En la Cueva Tabon (Filipinas) Fox descubrió en 1962 un hueso frontal y tres fragmentos mandibulares asociados a una industria lítica que fue bautizada como taboniense. Se dataron en hace 23 ka, aunque el contexto cronoestratigráfico estaba perturbado. Durante las excavaciones de 2000-2001 aparecieron 11 nuevos restos humanos. Junto con otros restos procedentes de excavaciones de los años 1960, suman al menos 483 piezas (Julien Corny et al, 2015). Dos M1 superiores tienen grandes dimensiones inusuales, fuera del rango de variación de lo asiáticos surorientales submodernos. Otros cuatro, caen dentro o casi de la variabilidad de los Negritos de Filipinas. La disparidad morfológica encontrada entre los M1 superiores de Tabon, es mayor que en otras poblaciones, lo que apoya la hipótesis de la presencia de dos morfotipos.
  9. En Wadjak (Java), Dubois descubrió dos cráneos modernos.
  10. Los aborígenes australianos, neoguineanos y melanesios, comparten variaciones genéticas que no se encuentran en otras partes, y se ha calculado una población fundadora hace unos 50.000 años. Irina Pugach et al (2013) han calculado que la divergencia genética entre las poblaciones nativas de Australia, Nueva Guinea, y los Mamanwa (un grupo Negrito de las Filipinas) data de hace unos 36 ka. Hace 4230 años, estos grupos recibieron la aportación genética de poblaciones de la India, momento que coincide con un cambio de tecnología, formas de procesamiento de la alimientación y aparición del dingo en el registro arqueológico.
  11. Wallacea fue habitada hace 17 ka por una población de cabeza pequeña, de acuerdo con los hallazgos en Tron Bon Lei, isla de Alor, islas menores de la Sonda, Indonesia (Samper Carro et al, 2019).
  12. La colonización de la Polinesia y Micronesia tuvo lugar en los últimos 3000-3500 años gracias, probablemente, al desarrollo de las capacidades náuticas de las poblaciones del sudeste asiático y Australasia.
    • 1500-1300 aC. Fiji.
    • 1000 aC. Marianas.
    • 600 aC. Cooks. Sociedad.
    • 500 aC. Carolinas
    • 300-50 aC. Marshalls.
    • 100-0 aC. Marquesas.
    • 400-600 Hawaii.
    • 800 Rapa Nui.
    • 1200 Nueva Zelanda.
  13. En cuanto a la procedencia de estos colonizadores, hay diversas teorías:
    1. Para Bellwood (1985) provenían de Taiwan y China continental, y su tarjeta de presentación es la cerámica tipo Lapita. Hablaban lenguas austronesias, se expandieron rápidamente, reemplazando a una población de cazadores recolectores (modelo en Dos Capas; Jacob, 1967) y tuvieron escaso contacto con los melanesios, de lenguas papúas.
      • En contra de esta teoría, obran las siguientes evidencias: La cultura Lapita nunca e ha encontrado en el sureste de Asia ni en Taiwán. En Nueva Guinea hay poca cerámica Lapita y existe otra más antigua. La cerámica Lapita es tosca y mal cocida lo que no cabe esperar de una cultura procedente del sureste de Asia.
      •  En línea con esta teoría están los análisis de Robert Blust, quien dividió las lenguas austronesias en diez grupos. Los nativos no chinos de Taiwán hablan lenguas de nueve de estos grupos.
      •  También confirman esta teoría los análisis del ADNmt y los análisis genéticos de Sheila Mirabal et al (2013).
        • Las poblaciones de Nueva Zelanda no tienen ascendencia taiwanesa. Tienen ascendencia en la China continental.
        • El grupo Ami, el más grande en población en Taiwán, sólo afecta a grupos de Zelanda y Madagascar, pero no de Samoa y Tonga.
    1. Patrick Kirch entre otros, insiste en la fusión de elementos culturales melanesios y austronesios. El modelo Tripe I (intrusión, innovación, integración) defiende que la cultura Lapita surgió de diversos pueblos melanesios ligados por complejas redes sociales a pueblos del sureste de Asia durante miles de años. El grado de mezcla con las población fue escaso.
      • Confirman esta teoría los análisis del cromosoma Y. En la tercera parte de los polinesios está presente en haplogrupo L, frecuente en el sur de China y en los ami de Taiwán.
      • En contra de esta teoría está el hecho de que también son muy frecuentes los haplogrupos C y F, muy raros en Taiwán y sur de China.
    1. Stoneking aboga por un modelo de desplazamiento lento en el que los austronesios se desplazaron del sureste de Asia por Nueva Guinea mezclándose con la población y moviéndose hacia Polinesia. Curnoe et al (2016), un modelo de múltiples migraciones.
Para O'Connell et al (2018), los únicos restos bien datados en contextos confiables asignados a Homo sapiens son los que se recuperaron en Niah (Borneo) y Willandra (Australia), con fechas de hace ca 40 ka. TPL 1 se data en hace 50-40 ka. La evidencia fósil de una presencia más temprana del HAM en la región es cuestionable.

TEORÍAS SOBRE EL POBLAMIENTO DE POLINESIA

Velocidad de desplazamiento
Mezcla de poblaciones
Bellwood
Rápida
Escasa
Triple I
Lenta
Escasa
Stoneking, Curnoe
Lenta
Grande

Modelo de múltiples migraciones para el poblamiento del Sureste de Asia. Curnoe et al, 2016.
(1) El HAM llega al sur de China hace al menos 80 ka (flechas blancas grandes).
(2) Dispersiones hacia la región oceánica del sudeste de Asia a través de las Filipinas y Borneo, llegando hasta el sur de Sulawesi y Maluku (flechas amarillas).
(3) Otra dispersión, a través de la península de Malasia, establece las poblaciones de los archipiélagos del sureste de Asia (flechas de color naranja claro), Australia (flechas rojas) y Nueva Guinea (flechas de color naranja oscuro).
(4) El haplogrupo E aparentemente surgió hace 30 ka y se dispersó posteriormente por gran parte de la región, incluyendo Taiwán y Nueva Guinea después de hace ca 15 ka (caja verde con flechas).
La estrella marca el emplazamiento de la Cueva Hiah.
La diversidad genética de la región procede de al menos dos grandes migraciones humanas: la primera migración del HAM fuera de África y la última dispersión pre-europea, conocida como la expansión austronesia. La mayoría de los estudios apoyaban diferentes orígenes para los australianos y los nuevaguineanos, mientras que otros proporcionaban evidencia de profunda ascendencia común. Los trabajos de McEvoy et al (2010) y Pugach et al (2012) confirmaron una profunda divergencia de los australianos indígenas con las otras poblaciones del mundo, pero identificaron a los papúes de las tierras altas como sus parientes más cercanos. Ambas poblaciones proceden de la misma migración fuera de África que se instaló en otras regiones del mundo. La hipótesis de que los negritos de Malasia y Filipinas, los nativos de Andamán, los aborígenes australianos y los montañeses de Nueva Guinea son descendientes directos de una diáspora fuera de África a través de una ruta sur se ha visto reforzada por la comprobación de su afinidad genética. Pugach et al (2012), estimaron que:
  • Los ancestros comunes a euroasiáticos y aborígenes australianos divergieron de las poblaciones africanas hace 66 ka.
  • La separación entre los ancestros de los australianos y los nuevaguineanos y los ancestros de los euroasiáticos sucedió hace 43 ka.
  • La divergencia entre los australianos, los nuevaguineanos y el grupo Mamanwa Negrito se produjo hace 36 ka. En ese momento el Sahul constituía una sola masa y la fecha es muy anterior a la crecida de las aguas del mar que separó la isla de Nueva Guinea hace unos 8 ka.
    La expansión austronesia a gran escala comenzó hace unos 4500 años a partir de Taiwán. Wollstein et al (2010) han cuantificado las mezclas en las poblaciones polinesias.
    Posibles direcciones de las migraciones humanas, localizaciones y porcentajes de mezcla. Mark Lipson et al, 2014.
    Lipson et al (2014) han analizado los datos del genoma completo de individuos de 56 poblaciones de las islas del sudeste de Asia para rastrear los flujos de genes ancestrales.
    • Todos los grupos austronesios muestreados albergan ascendencia aborigen taiwanesa, más cercana que la de cualquier población continental actual.
    • También han heredado ascendencia de poblaciones austro-asiáticas.
    Se abren dos interpretaciones:
    • Había una presencia sustancial austro-asiática en las islas del sudeste de Asia, antes de la llegada de los austronesios.
    • La migración austronesia se produjo por el continente, mezclándose allí con los austro-asiáticos, antes de continuar hacia el oeste de Indonesia.
    Yacimientos del sureste de Asia y Australia. O'Connell et al, 2018.


    Oleadas migratorias hacia Asia Oriental, según el ADN-Y

    Australia

    Las dataciones más antiguas de hace 55 ka están sujetas a controversia:

    • En Moyjil (también conocido como Point Ritchie, sudoeste de Victoria) se ha descubierto una acumulación de conchas de hace menos de 125-120 ka, que podría representar un basurero de una población humana aunque no se puede descartar que fuese creada por aves marinas. Se han hallado también carbones y piedras con evidencia de fuego. Sherwood, 2018.
    • Las excavaciones en Nauwalabila I y Madjedbebe (Malakunanja II) (ver Clarkson et al, 2015; Clarkson et al, 2017O'Connell et al , 2018), al oeste de la Tierra de Arnhem, cerca de la costa norte, produjeron artefactos en sedimentos datados en hace 65-50 ka. La datación de algunos artefactos podría alcanzar los 80 ka. Investigadores como Jim O'Connell y Jim Allen (2004), advierten del movimiento vertical de los artefactos, principalmente como resultado de la actividad de las termitas. 
    Un fragmento de basalto recuperado en Carpenter's Gap, con una datación de 49-44 ka se ha interpretado que perteneció a un hacha enmangada, la más antigua conocida en todo el mundo (Hiscock et al, 2016).

    Figura
    Yacimientos del norte de Australia. Hiscock et al, 2016.
    En el centro y sur del continente, disponemos de varios yacimientos con dataciones menos discutidas. En todo caso, la colonización debió de producirse mucho antes. La línea de costa del Pleistoceno estaba a cientos de kilómetros de la moderna y están inundadas extensiones considerables de tierra ocupada por los primeros colonos. Seguramente muy pocos o ningún sitio de la primera colonización han sobrevivido hasta hoy.
    • En 2015 se comunicó una datación de más de 50 ka en Boodie Cave, Barrow Island, Oeste de Australia, asociada a restos de alimentos consumidos por humanos. Pendiente de publicación.
    • Warratyi rock shelter, southern interior. 49 ka. Evidencia más temprana en Australia de artefactos (más de hace 46 ka), ocre (49-46 ka), pigmento de yeso (40-33 ka), herramientas de hueso (40-38 ka), herramientas con mango (38-35 ka), y artefactos respaldados (30-24 ka). Hamm et al, 2016.
    • La re-excavación de Karnatukul (Serpent's Glen) ha proporcionado evidencia de ocupación humana del desierto occidental australiano antes de 47,83 ka cal (Jo McDonald, 2018).
    • Lake Mungo. Willandra Lakes of NSW. 42 ka. Los artefactos más antiguos se han datado por luminiscencia entre 50,1 ± 2,4 ka y 45,7 ± 2,3 ka (Bowler et al, 2003). Los restos humanos han sido fechados por datación óptica de grano simple de los sedimentos asociados en 40±2 ka (Olley et al 2006).
    • Devil's Lair. Southwest Western Australia. 48 cal ka. Turney et al 2001.
    • Carpenter's Gap y Riwi. Southern Kimberley. 43 cal ka. Balme 2000; Fiield et al 2001.
    • Nawarla Gabarnmang,  Arnhem Land, Northern Territory. 45,2 cal ka. David et al 2011.
    • Parnkupirti en el centro de Australia. Veth et al 2009.
    • Ganga Maya Cave, Pilbara, Western Australia. 45 ka. Pendiente de publicación. 
    • Bobongora,  Huon Peninsula, New Guinea. 44 ka. Groube et al 1986.
    • Yombon,  New Britain. 40,7 cal ka. Pavlides y Gosden 1994.
    • Parmerpar Meethaner. Tasmania. Steppe. 40.7 cal ka. Cosgrove 1995b.
    • Ngarrabulgan. Cape York. 40 cal ka.  David et al 1997.
    • Puritjarra. Central Australia. 35 cal ka.  Smith et al, 2001.
    • Yalibirri Mindi Rock Shelter. Mid-West. Datación de hace 30 ka. de carbón asociado a herramientas líticas.
    Mapa de islas del sudeste asiático que muestra las rutas de Birdsell (1977) de Sunda a Sahul. En rojo, una ruta norte con tres alternativas (1A, 1B y 1C). En azul, una ruta sur con dos alternativas (2A y 2B) también. El gris oscuro indica la extensión de las plataformas continentales hace 65 ka. Shimona Kealy, Julien Louys y Sue O'Connor (2018).
    Hace 20 ka, en el apogeo de la última edad del hielo, los aborígenes poblaban todo el continente y habitaban la Cueva Kutikina en el río Franklin (Tasmania).
    Hace 13 ka los aborígenes de Tasmania quedaron aislados del continente. Hace 8 ka Australia se aisló de Nueva Guinea y se formaron las Islas de Torres.Esta dispersión de yacimientos tempranos, se puede explicar de dos formas alternativas:
    • Una dispersión rápida por todas las regiones y paisajes de cazadores-recolectores altamente móviles. 
    • Una colonización más temprana. Los yacimientos corresponderían a un momento posterior, en que la actividad humana creció en importancia. Los humanos puede haber estado presentes en los paisajes por un período prolongado antes de ser visibles arqueológicamente hace unos 50 ka.
    Ligado al problema de la fecha de la primera colonización y la tasa de dispersión está la discusión sobre las transformaciones ambientales causadas y en especial la reducción y extinción de la megafauna en todo el continente. Una colonización tardía implicaría que la extinción de la megafauna era casi completa en muchos paisajes antes de la aparición humana. No se han hallado lugares donde los humanos hayan dado muerte a los grandes animales extinguidos, pero esto podría ser consecuencia de la falta de conservación de los yacimientos. Las estrategias de quema de flora constituyeron la respuesta humana en ambientes fuera de control debido a la ausencia de los grandes herbívoros consumidores. 

    Alan N. Williams (2013)Allan N. Williams et al (2013)Tobler et al (2017) y Nagle et al (2017), han reconstruido los datos de población prehistórica de Australia.
    • De la diversidad genética observada en los estudios del ADN-mt, se deduce que el grupo fundador, hace 50 ka, constó de unos mil o dos mil individuos, lo que sugiere una colonización intencionada. Los estudios genéticos indican además que no hubo episodios de colonización adicionales. Estas conclusiones son consistentes con la reconstrucción efectuada por el autor que calcula una población fundadora de mil a tres mil individuos.
      • Por el contrario, Nagle et al (2015), en base al ADN-Y, defienden más de un evento a través de Nueva Guinea, para la llegada al Sahul hace ca 50 ka, así como eventos de colonización durante el Holoceno, desde la India u otros lugares.
      • Nagle et al (2017) localizan el origen de los haplogrupos australianos del ADNmt quizá en la India.
      • El modelo tradicional aborigen de patrilocalidad y movimiento de las mujeres a través de grandes distancias por cientos, si no miles de generaciones pueden explicar la amplia distribución geográfica de diversos haplogrupos indígenas del ADNmt (Nagle et al, 2017)
    • Tras la llegada a Australia, hubo una rápida dispersión de la población que se estabilizó a niveles muy bajos.
    • Entre 21-18 ka, la población se redujo hasta un 61%, seguramente como consecuencia de importantes eventos climáticos (último máximo glacial). La población correlaciona de forma estrecha con los factores climáticos y ambientales. Los modelos de asentamiento en refugios han sido confirmado por las dataciones y las técnicas geoespaciales.
    • En el periodo frío de reversión del Antártico (14,5-12,5) la población se concentra nuevamente en refugios.
    • Las poblaciones durante todo el Paleolítico Superior fueron bajas, con un aumento gradual lento pero sostenido desde hace 12 ka (antes de lo que se creía), coincidiendo con un aumento de nivel del mar y el fortalecimiento del monzón del norte. El crecimiento fue mayor en el sureste, gracias a una creciente utilización espacial y a la diversificación de las actividades económicas y de los lugares de residencia, con aparición de tecnología compleja.
    • La población hace quinientos años era de 1,2 millones.
    • En el momento del contacto con los europeos (1788), la población era de unos 770.000-1.100.000 individuos.
    Anders Bergström et al (2016) han analizado el ADN-Y de una muestra de aborígenes australianos. Según el árbol filogenético de máxima verosimilitud, los papúes y aborígenes australianos (Sahul) quedaron divididos en dos clados monofiléticos C y K* (ver también Malaspinas et al, 2016; Mallick et al, 2016).
    • Se infiere un tiempo de divergencia de: 54,3 ka entre K* y sus parientes más cercanos (haplogrupos R y Q) y 54,1 ka entre C y sus parientes más cercanos (haplogrupo C5). Estas fechas son consistentes con el registro arqueológico y con los estudios de todo el genoma y refutan un origen reciente procedente de India o Sri Lanka.
    • Aunque no son descartables tiempos de divergencia más recientes en caso de ampliación de la muestra, la divergencia entre los aborígenes australianos y los papúes es de 50,1 ka en C y 48,4 ka en K*. No se puede precisar si esta separación sucedió después de la llegada de las poblaciones a Sahul o antes. La evidencia actual es consistente con un modelo simple de una sola entrada y posterior rápida divergencia.
    • Alrededor de hace ca 6-4 ka, pequeñas herramientas de piedra comenzaron a ser utilizados ampliamente en Australia, se propagaron las lenguas Pama-Nyungan y apareció el dingo. Se ha especulado con la entrada de una población considerable en ese momento. Este estudio apoya por el contrario un origen indígena de los cambios tecnológicos y lingüísticos.
    Desde el punto de vista paleontológico se ha diferenciado en Australia una población grácil y otra robusta.
    • La grácil está representada por los restos de Lake Mungo. En Mungo (Nueva Gales del Sur, Australia) se recuperaron varios individuos (68-56 ka; la datación es polémica y se ha considerado alternativamente 42 ka). Los esqueletos son más esbeltos que WHL 50, con bóveda craneal más redondeada, frontal más recto, huesos de menor grosor, relieves supraorbitales poco importantes; pero también conservan rasgos robustos, principalmente en la región occipital. Esto ha servido de argumento a la hipótesis de varias oleadas de poblamiento de Australia. Se desconoce la población del sudeste asiático de la que partió el poblamiento de Australia, pues todos los restos hallados allí son robustos.
        • LM1. Un esqueleto fragmentario, probablemente femenino y quemado. Es la cremación más antigua que se conoce.
        • LM 3, individuo enterrado con las manos sobre el bajo vientre, los dedos entrecruzados y el cuerpo espolvoreado de ocre. El ADNmt de LM 3 es el más antiguo conocido. Es muy diferente del ADNmt de otros restos australianos (más robustos) y de los individuos actuales (curiosamente, más conectados con los restos robustos, contradiciendo lo que muestra la morfología), por lo que corresponde a un linaje que divergió. Descubierto en 1974.
      1. Anthea Carstairs y el  Dr Wilfred Shawcross descubriendo Mungo Man en 1974.
    • La robusta, por los restos de Willandra y Kow Swamp. Los cráneos de esta morfología tienen algunos rasgos claramente arcaicos, como frentes aplanadas y bóvedas bajas, máxima anchura del cráneo en posición baja, toro angular en la porción posterior de las líneas temporales, toro occipital marcado, mayor prognatismo y mandíbulas y dientes de mayor tamaño.
        • En Willandra (Nueva Gales del Sur, Australia) se descubrieron restos de varios individuos. WHL 50 posee un cráneo muy robusto con huesos gruesos, relieves pronunciados y frontal muy oblicuo en continuidad con el relieve supraorbital. Impresiones musculares marcadas. La anchura máxima del cráneo se sitúa abajo, inmediatamente por encima de las apófisis mastoides. 1.450 cc. No ha sido posible datarlo, pero no debe pasar de 20 ka, aunque se ha sugerido una datación de 26 ka. Otros individuos son gráciles o intermedios.
        • En Kow Swamp (Nueva Gales del Sur, Australia) se hallaron los restos de 40 individuos, datados en hace 14-10 ka. Algunos cráneos fueron objeto de deformaciones artificiales. Enterramientos ricos en adornos. Uno de los individuos fue incinerado.
          • Su morfología ofrece numerosas semejanzas con la de los aborígenes australianos y presenta gran variabilidad. 
          • Algunas características, como el grosor y robustez del cráneo, la cara grande y proyectada, los pómulos grandes, la tuberosidad en la base del pómulo, la frente plana, el borde redondeado en la base de la cuenca ocular y la falta de demarcación entre las regiones nasal e inferior, recuerdan al Homo erectus de Java.
          • Otras características recuedan a WLH 50.
    La explicación más parsimoniosa es que las poblaciones australianas se hicieron progresivamente robustas. Pero esto está en contradicción con los datos genéticos, que no soportan una diferenciación entre poblaciones gráciles y robustas (Heupink et al, 2016).
    Algunos investigadores defienden una continuidad morfológica en la región, a partir de poblaciones de Homo erectus del sureste asiático, pero algunos aspectos morfológicos se alejan de esa posible continuidad, tales como la región occipital del cráneo (vertical y alta en sapiens, inclinada y corta en erectus), y la forma del fémur (con distintos puntos de anchura mínima entre erectus y sapiens). Westaway y Groves (2009), descartan la hibridación erectus-sapiens.

    La tecnología lítica de estos pobladores es simple si se la compara con la de otros lugares de equivalente datación  (ver Hiscock 2008; White, 1977). Quizá se deba al aprovechamiento de recursos marinos y de materiales orgánicos como madera, hueso y concha. Boivin et al (2013) resaltan el hecho de que Homo sapiens parece haber llegado a Australia sin el paquete africano de innovaciones y que estas las fue adquiriendo de forma independiente y poco sistemática. O'Connell y Jim Allen (2004) proponen que la simplicidad de las tecnologías australianos tempranas se correlacionan con una dieta poco amplia de alimentos con escasa manipulación y procesamiento, para los que bastaban tecnologías simples. No obstante, con dataciones cercanas o superiores a hace 40 ka han aparecido en el norte de Australia fragmentos de hachas acanaladas de borde lijado para trabajar la madera y otras actividades que seguramente se utilizaban enmangadas (Geneste et al, 2000). Además, si bien la variedad de implementos de los primeros conjuntos puede parecer limitada, por otra parte las lascas retocadas estaban a menudo relativamente estandarizadas. La existencia de instrumentos sobre hueso está documentada en yacimientos como Devil’s Lair, Bay Cave, Nunamira Cave o Bone Cave. Algunas puntas de hueso como las de Warren Cave, Tasmania, podrían haberse usado parra confeccionar prendas de vestir.

    La variación cultural aumentó a lo largo de la Prehistoria, en adaptación a nuevos entornos sociales y físicos. Los modelos de poblaciones de dispersión rápida, pero de crecimiento lento defendidas por O'Connell y Jim Allen (2004) sugieren una conectividad cultural mínima entre regiones distantes durante la fase colonizadora, lo que facilitó la aparición de diferencias regionales en los sistemas culturales. El pensamiento complejo, con diversas tradiciones regionales, queda también patente en:
    • La utilización de ocre (Lake Mungo 3 y Malakunanja II). Más común en el norte y oeste del continente, y rara vez en el sureste. 
    • Los collares de conchas (Mandu Mandu). Entre 45-35 ka los ornamentos, en forma de collares o pulseras de conchas o huesos perforados, teñidos con ocre, aparecen sólo en la parte noroeste del continente.
    • La pintura rupestre (Laura South). Los petroglifos más antiguos se han hallado en el sur de Australia (45 ka). Los dibujos en carbón de Narwala Gabarnmung, en el Territorio Norte, están datados en 28 ka. En cuevas profundas bajo los Llanos Nullarbor en Koonalda (en el borde occidental de Australia del Sur, a unos 50 kms del mar), la población aborigen dejó hace 22 ka diseños acanalados en las paredes de la cueva. 
    • Las hogeras de Lake Mungo están datadas en 30,7 ka. 
    • La evidencia más antigua (30 ka) de cremación en todo el registro arqueológico es el cuerpo de una mujer de Lake Mungo, que fue preparado con ocre.
    En Cuddy Springs antiguo lago cerca de Carinda, se han encontrado las evidencias más antiguas de panificación (30 ka). Hace 18 ka se extienden las semillas, la molienda y el horneado.
    Los australianos no conocían la ganadería, pero sí un animal doméstico, el dingo (de la misma especie que el perro), vinculado a la India. Se piensa que hubo una migración procedente de la India hace 4 ka.

    Refugios y barreras en el poblamiento de Australia

    Indonesia

    Meryanne K Tumonggor et al (2013) han estudiado las variantres del cromosoma Y y el ADNmt en Indonesia.
    Han encontrado evidencias de varias etapas de colonización:
    • La primera etapa, forma parte de la dispersión africana hace 50 ka. El nivel del mar era entonces mucho más bajo, las islas estaban unidas en una gran masa de tierra y el occidente de Indonesa unido al continente.
    • En la segunda etapa se produjeron, a lo largo del Paleolítico, episodios recurrentes de colonización desde el continente asiático.
    • La tercera etapa representa los movimientos del Neolítico de poblaciones endémicas. Algunos pueden implicar dispersiones de población desde (y quizás a) Taiwan, mientras que otros reflejan los movimientos entre grupos de islas de Indonesia.
    • La cuarta etapa refleja los movimientos históricos en Indonesia, en su mayoría relacionados con el comercio y la consiguiente expansión de las grandes religiones de la India, Arabia y China.