Discusión filogenética
Cuanto más se afianzaban las características del erectus más difícil se hizo relacionarlo con sus antecesores o sus descencientes.
Los Homo del Pleistoceno Inferior y Medio
Posturas acerca de la clasificación de los Hominini del Pleistoceno Inferior y Medio |
La postura que se adopte depende de la forma de entender lo que fue la evolución humana:
- bien como un proceso un tanto conservador, con ciertas modificaciones locales que no llegaron a dividir las poblaciones en varios especies.
- o como una diversidad de líneas que dieron lugar a ciertas especiaciones geográficamente dispersas (Homo erectus en Asia, los neandertales en Europa, Homo ergaster y los primeros seres humanos de aspecto moderno en África).
- Esta última debe resolver un problema práctico. Los Homo del Pleistoceno Medio manifiestan sin lugar a dudas una cierta unidad. Son un mismo “tipo” de Hominini que pueden relacionarse con unos caracteres anatómicos y unos rasgos de conducta muy precisos. Si los separamos en dos o más especies ¿cómo cabe expresar esa unidad? Cualquier suma de Homo erectus sensu stricto y de Homo ergaster constituirá un grupo parafilético, porque –si se acepta el esquema diversificador- el segundo forma parte del linaje de Homo sapiens mientras que el primero constituye un clado lateral, su grupo hermano.
Reducción a una sola especie estable morfológicamente (hipótesis de la estasis)
- Hipótesis de la especie única (erectus), defendida por R. Leakey y Walker (1976), basándose en que en África aparecieron restos parecidos a los asiáticos y que no podía haber más de una especie Hominini en el mismo lugar y tiempo.
- Howells (1980) y Rightmire (1981, 1990) entre otros, consideran que los especímenes atribuidos a erectus permanecieron sensiblemente iguales a lo largo del tiempo sin cambios morfológicos notables y dieron lugar a sapiens a través de una transición brusca (equilibrio puntuado).
- Bräuer (1994) sostiene que los dimorfismos sexuales y la alta variabilidad regional son suficientes para explicar la diversidad de los erectus de África y Asia y que en consecuencia todos ellos deben ser atribuidos a la misma especie.
- Para Wolpoff (1999) la continuidad ha sido tan acusada que solo cabría hablar de una única especie de Homo, a la que pertenecemos nosotros. Defiende cambios pequeños y continuos.
- Wood y Collard (1999), siguiendo el criterio de Huxley, agrupan erectus y ergaster en el grado erectus, caracterizado por un aumento notable de la capacidad craneal, aunque matizado por un aumento notable del tamaño del cuerpo. Hubo presiones selectivas, a las que los Hominini respondieron aumentado de tamaño. Las técnicas de construcción de útiles de piedra fueron ganando en complejidad, lo que lleva a entender que las capacidades cognitivas se incrementaron notablemente. Esta es la tesis por la que se inclinan Camilo José Cela Conde y Francisco Ayala.
Varias especies
- Esta propuesta no ha ganado un reconocimiento general, pero es un buen medio para reconocer que los erectus africanos y asiáticos no pertenecen a la misma especie. El aislamiento y la deriva genética habrían dado lugar a una especie diferenciada.
- Sus culturas no coinciden.
- Las dataciones no corresponden.
- Tendríamos ergaster en África y erectus en Asia.
- El erectus sería entonces una especie asiática lateral a la nuestra, si bien Groves consideró que el ejemplar OH9 de Olduvai (1,2 Ma) constituye una subespecie que representa la única presencia del erectus en África.
- Homo sería un grupo parafilético, pero compartiendo unos caracteres anatómicos y unos rasgos de conducta muy precisos.
- Los dientes de los erectus asiáticos exhiben una serie características exclusivas: unas arrugas muy marcadas en la dentina y una gran robustez con raíces masivas (Xing et al, 2018)
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