Selam. [Credit: Zeray Alemseged] |
David J. Green y Zeresenay Alemseged publican en Science un estudio sobre las escápulas de Selam, un fósil de una joven hembra de Australopithecus afarensis.
Estas escápulas cuentan con características similares a las que aparecen en los monos que se desplazan suspendiéndose de las ramas de los árboles y que se mantienen estables en los simios.
Además, estos rasgos se conservan en los individuos adultos de afarensis, lo que implica un desarrollo similar al de los monos y una contribución sustancial de la trepa al repertorio locomotor de la especie.
Enlace.
Post en News Network Archaelogy
Comunicado de la California Academy of Sciences y post.
Post de Guillermo Caso de los Cobos.
Post de Judith de Jorge.
Artículo en The Conversation
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Comunicado de la California Academy of Sciences y post.
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Post de Judith de Jorge.
Artículo en The Conversation
Australopithecus afarensis
johanson
et al, 1978.
3,7-2,96 Ma.
A. afarensis se distingue de A.
anamensis por:
·
P3 con una corona más molarizada y simétrica con una
segunda cúspide más frecuente (metacónido) y una orientación transversal con
respecto a la hilera de dientes.
·
Canino superior asimétrico con el hombro mesial de la
corona más apical.
·
dm1 molarizado, con talónido expandido
bucolingualmente.
·
Perfil del corpus anterior recto, más comúnmente
vertical, con un segmento basal lleno y poca o ninguna inflexión inferomedial del
corpus inferior bajo los caninos y premolares.
·
Caninos inferiores posicionados medialmente al eje de
la fila de poscaninos.
·
Paladar equivalente o más ancho.
·
Apertura nasal definida por márgenes agudos laterales
y márgenes inferiores diferenciados, con el jugum canino con entidad propia en la
topografía circumnasal.
·
Meato auditivo externo más grande.
En todas estas
características, el A. afarensis
exhibe la condición derivada de los homínidos.
Yacimientos
1. Laetoli,
Tanzania. 3,7-3,5 Ma. Dientes.
a. Huellas de Laetoli (Paul Abell ,1978). 3,7 Ma.
Huellas dejadas por varios individuos bípedos.
b. Garusi I.
Mandíbula.
c. LH-2.
Mandíbula.
d. LH-4.
Holotipo.
e. LH-5.
Mandíbula.
f. LH-21.
Esqueleto juvenil parcial fragmentario.
2. Woranso-Mille (WORMIL), Afar. Etiopía.
Estudiado por Haile-Selassie.
a. KSD-VP-1/1
Kadanuumuu. 3,58 Ma. Muchos fragmentos postcraneales.
3. Maka, Middle Awash, Etiopía. 3,4 Ma. Algunas
mandíbulas, una de ellas casi completa.
a. Fémur proximal.
b. Húmero.
4. Hadar,
Etiopía. 3,4-2,96 Ma. Miembros Sidi Hakoma, Denen Dora y Kada. 367 especímenes
(90% del total de la especie). 57 mandíbulas de adulto o subadulto. 12
calvarias.
a. AL 129-1
(Donald Johanson, 1973). 3,4 Ma. Porciones de ambas piernas, incluyendo una
rodilla derecha muy pequeña, pero que aparentemente, pertenece a un adulto.
b. AL 288-1, Lucy (Donald Johanson y Tom Gray, 1974).
3,2 Ma. Lucy fué una hembra adulta de 25 años. Se encontró el 40% de su
esqueleto. La pelvis, el fémur y la tibia demuestran que era bípeda. Medía 1'07
cm de altura y pesaba 28 kg.
c. AL 333 Site, The
First Family (Donald Johanson, 1975). 3,2 Ma. Restos pertenecientes a 13
individuos de todas las edades. La talla de los individuos varía
considerablemente. Los científicos debaten si se trata de una sóla especie o de
varias.
i. AL 333-105.
Cráneo juvenil parcial.
ii. AL 333-160, un cuarto metatarsiano del pie izquierdo.
iii. Abundantes
restos de miembros superiores, miembros inferiores y material axial.
d. AL 417-1.
Cráneo parcial.
e. AL 438-1.
Esqueleto parcial con asociaciones craneodentales.
f. AL 444-2, (Bill Kimbel y Yoel Rak, 1991). 3 Ma. Se trata de un cráneo con el
70% de los huesos, correspondiente a un macho adulto grande, con capacidad
craneal de 550 cc.
g. AL 822-1.
Cráneo casi completo. Hallado en 2000. Probablemente de hembra por su pequeño
tamaño.
5. Koobi Fora,
East Turkana, Kenya (Miembro Tulu Bor). 3,35 Ma.
a. KNM-ER 2602.
Calvaria parcial.
6. Dikika (al
sur y cerca de Hadar), Etiopía. 3,3 Ma.
a. DIK-1/1, Selam (Zeresenay Alemseged, 2000).
Cráneo y resto de esqueleto bastante completo de una niña de tres años. Hioide primitivo. Bipedia
incipiente y conservación de la trepa.
Cabe
preguntarse en qué medida cabe incluir en la misma especie ejemplares de
Laetoli y Hadar, muy separados entre sí, además de una distancia en el espacio
de 1.800 km., y en el tiempo de 0,8 Ma.
Ø Tobias
(1980) sostuvo sin éxito que todos los ejemplares de Laetoli, Hadar,
Sterkfontein y Makapansgar pertenecen al Australopithecus
africanus de Dart, aun cuando se puedan identificar subespecies.
Ø Poirier
(1987) opinaba que ver en la muestra de Hadar una o varias especies depende de:
o Cuánta
variabilidad morfológica debe permitirse dentro de una especie.
o Cuánta
variabilidad morfológica puede explicarse por dimorfismos sexuales.
Ø Olson
(1985) atribuyó las diferencias a presiones selectivas.
o Algunos
ejemplares habrían desarrollado especializaciones que permitirían clasificarlos
como miembros del clado Paranthropus.
De este modo, la idea de que la separación entre Paranthropus y Homo ocurrió
hace 2,5 Ma, quedaría destruida porque los ejemplares robustos de Hadar
tendrían al menos 3 Ma.
Ø En
1994 Kimbel, Johanson y Rak describieron el ejemplar llamado el hijo de Lucy, de 3 Ma, de cráneo muy
ancho pero cuerpo mandibular menos robusto que el promedio. Este ejemplar apoya
la hipótesis de una especie única muy variable. Otros hallazgos recientes
hablan a favor de unos dimorfismos sexuales grandes.
o White
y Johanson han encontrado fósiles con un amplio rango de variación de tamaño en
el mismo yacimiento y con una datación en un periodo corto de tiempo. Un fémur
largo muestra las mismas adaptaciones que el fémur corto de Lucy.
o En
todo el espectro de hábitats se encuentran tanto individuos grandes como
pequeños.
o William
H. Kimbel (2007) piensa que la especie ofrece un dimorfismo sexual grande junto
con una tendencia anagenética al incremento de tamaño del cráneo. Este aumento
de tamaño se produce con una gran vairedad morfológica propia de una evolución
en mosaico. Por otra parte las calvarias de machos jovenes son difícilmente
distinguibles de las de hembras adultas.
Holotipo.
LH4. Mandíbula con dentición.
HALLAZGOS CRANEALES
|
|||
Cráneos completos
|
Cráneos fragmentarios
|
Mandíbulas
|
|
HADAR
Etiopía
3,4-2,9
mda
|
AL
333-105 (juvenil)
AL
444-2
|
AL
58-22
AL
162-28
AL
199-1
AL
200-1
AL 288-1
AL
333-1
AL
333-2
AL
333-45
AL
333-86 (juvenil)
AL
333-125
AL
417-1
AL 438
|
AL
128-23
AL
145-35
AL
188-1
AL
198-1
AL
207-13
AL
266-1
AL
277-1
AL
288-1
AL
311-1
AL
333w-1
AL
333w-12
AL
333w-60
AL
400-1
|
LAETOLI
Tanzania
3,6 mda
|
LH 21
|
LH 4
|
|
KOOBI
FORA
Kenia
3,4 mda
|
KNM-ER
2602
|
||
MAKA
Etiopía
3,4 mda
|
MAK-VP
1/12
|
Morfología.
En Hadar (Etiopía)
se encontraron en 1974 los restos de Lucy
(AL 288-1 datados en 3,2 mda.) de 1 m. de estatura. Con otros restos de Hadar y
Laetoli, se clasificó en la categoría de Australopithecus
afarensis (Johanson, White, Coppens). Los A. afarensis son:
- Pequeños y gráciles, con gran dimorfismo sexual.
- 1,00-1,50 m. Considerable longitud de las piernas. 29-45 kg.
- Capacidad craneal 478 cc, poco mayor que la de los chimpancés.
Asimetría cortical poco marcada. La red de la vena meníngea media es más
densa en la parte posterior.
- Débiles crestas sagitales. Hueso occipital anguloso entre la placa
y el plano nucal. Base del cráneo poco flexionada, acampanada. Orificio
occipital en posición relativamente retrasada, pero orientado hacia abajo.
Cráneo bastante largo, estirado entre el prognatismo alveolar y el ángulo
formado por el occipucio. Las superficies de inserción del músculo
temporal indican un gran desarrollo de su parte posterior. Hueso de la
porte inferior neumatizado, como en los grandes simios.
- Prognatismo subnasal. Rostro muy prognato, especialmente en la
región alveolar. El plano óseo que une la base de la nariz y la parte del
maxilar encima de los incisivos forma un clivus nasoalveolar. Articulación
de la mandíbula poco profunda, paladar poco profundo en la parte anterior.
- Arcada dental en U la superior y V intermedia la
inferior. Incisivos situados lateralmente en relación a la abertura nasal,
anchos y con raíces curvas. No existen pilares óseos verticales que
refuercen los márgenes del orificio nasal. La raíz anterior del arco
cigomático nace a la altura de M1. Sigue habiendo fosa canina en esta
región del maxilar. Caninos salientes (especialmente los machos) más
pequeños que en los chimpancés pero sustancialmente más grandes que en los
humanos. Los caninos superiores se desgastan por la punta, como en todos
los homínidos, pero también en los lados, como en los monos antropomorfos:
un pequeño diastema separa el canino inferior del primer premolar inferior
P3, para albergar un canino superior saliente. La morfología de P3 es
primitiva, con una corona asimétrica, pequeña cúspide interna y otra
externa mayor (los chimpancés tienen una sola cúspide y los sapiens dos aproximadamente del
mismo tamaño). El tamaño de los molares aumenta de M1 a M3. Arcada dental
superior más bien larga, estrecha y poco divergente hacia atrás. Mandíbula
robusta, con una sínfisis muy inclinada hacia atrás. Estas características nos indican que Australopithecus afarensis está en
una rama que se separa de la que dará origen a Homo.
- Esqueleto postcraneal sin ninguna particularidad con respecto a la descripción del género Australopithecus. El tórax de Kudanuumuu, con forma alargada, se parece más al del humano moderno que al de los grandes simios. La coincidencia en la forma del hombro de Selam y Lucy que muestra la conservación de la adaptación a la trepa, indica que esta característica es propia de la especie y no está relacionada con la ontogenia.
Los seres de Hadar
son una muestra excelente de la evolución en mosaico:
-
Algunos
rasgos, como la cadera, indican una proximidad notable respecto de los
homínidos posteriores.
-
AL
333-160, un cuarto metatarsiano del pie izquierdo datado en 2,3 Ma plano,
similar al humano moderno, mientras que en los grandes simios es curvo.
-
Otros,
como el hombro, la longitud de las extremidades anteriores o el cráneo pequeño y robusto,
son signos de la presencia de caracteres primitivos.
-
Lucy,
AL 333-160 y Kadanuumuu proporcionan la prueba irrefutable de que en el proceso
de evolución primero fue la locomoción y mucho después las capacidades
craneales.
Mosaico de caracteres primitivos y derivados en Australopithecus afarensis |
Modos de vida.
Los hallazgos en los esqueletos muestran que se trataba
de una especie que caminaba erguida sin nudilleo pero que también trepaba a los
árboles. Lo más probable es que vivieran en pequeños grupos con cierta
colaboración entre los individuos (José Enrique Campillo, 2005), durmieran en nidos
construidos en los árboles con ramas y en cuevas poco profundas y utilizaran
palos y piedras sin manufacturar como instrumentos. Desconocían el uso del
fuego. Las débiles crestas sagitales suponen que no tenían un potente aparato masticador,
si bien parece que los productos duros y abrasivos iban cobrando importancia.
Su alimentación, oportunista, estaba compuesta en gran parte por vegetales,
pero también por huevos, reptiles, termitas e insectos diversos. La enzima
trehalasa está presente en nuestro intestino y sirve para digerir el azúcar
trehalosa, abundante en los caparazones de los insectos.
Hábitat: orillas lacustres con vegetación boscosa y
zonas abiertas en mosaico. Para Aiello y Andrews (2000) sus rasgos en mosaico
aseguran que exploraba distintos hábitats.
Según Peter S.
Ungar et al (2010) del microdesgaste de los dientes de anamensis y afarensis se
infiere una dieta de hierbas y hojas, pero no de alimentos duros, lo que
indicaría una explotación oportunista de recursos de bosques cerrados durante
la estación húmeda y de hojas y tallos fibrosos de bosques abiertos y sabanas
como último recurso.
Philip L. Reno et
al (2010) tras estudios de medida de los esqueletos, dedujeron un mayor
dimorfismo sexual que en Ardipithecus. Creen,
junto con Lovejoy, que este aumento del dimorfismo es producto de la selección
sexual. Mientras las hembras escogerían machos más grandes, que garantizaban
mejor defensa y acceso a los recursos en el marco de una expansión de los
austraopitecinos con competencia interespecífica, los machos preferirían
hembras más pequeñas, con menor consumo de alimentos. La compentencia entre
machos queda descartada debido a que no hay indicios de la misma en Ardipithecus.
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