viernes, 31 de enero de 2014

La cultura musteriense

La inmensa mayoría de los yacimientos europeos y del Próximo Oriente de la glaciación Würm contienen útiles musterienses. El nombre proviene del yacimiento de Le Moustier (Dordoña, Francia) y fue dado por el prehistoriador Gabriel de Mortillet en el XIX.

El musteriense clásico se extiende aproximadamente entre 120-40 ka (MIS 5e hasta mediados de MIS 3), y ofrece las manifestaciones más evolucionadas y los ejemplos mejor conservados. En el Cantábrico, el musteriense desapareció hace 47.9-45.1ka cal BP, mientras que sobrevive en Cataluña hasta justo antes de hace 42 ka cal. datado en Romani y L`Arbreda. (Marín-Arroyo et al, 2018)

Crédito: Wiki Commons
Yacimientos musterienses
Se denomina cultura o técnica musteriense en sentido estricto a una tradición de instrumentos líticos que significa un desarrollo de la cultura achelense y es típica del Paleolítico Medio. Está enmarcada dentro del Modo 3. Su esplendor tiene lugar durante la última glaciación (Würm, 180.000-40.000 años), si bien los yacimientos más antiguos están datados entre 300-200 ka (Mesvin IV, Bégica, Soriano, 2000; Pucheuil, Normandía, Delagnes y Ropars, 1996; Bagarre, Pas-de-Calais, Boeda, 1994). También se encuentran instrumentos musteroides (así se llaman para indicar las diferencias con la tradición europea) en África y Asia. Se trata de una técnica que fue cambiando con el paso del tiempo y abarca objetos decorativos y cultos funerarios.
  • M. Santonja et al (2014) a partir del estudio de Cuesta de la Bajada, defienden un origen autóctono de las industrias del Paleolítico Medio, que conviveron durante 200 ka con las achelenses. Los grupos humanos procedentes de África, portadores del achelense se habrían extendido por el Suroeste de Europa, compartiendo territorio con poblaciones autóctonas, desconocedoras de la tecnología achelense, que se encontraban en el continente europeo ya desde el Pleistoceno Inferior.
Principales yacimientos del Paleolítico Medio en la Península Ibérica. Ignacio de la Torre, Jorge Martínez-Moreno y Rafael Mora, 2013.

Características básicas.

  • Dominancia abrumadora de las pequeñas lascas. Estos conjuntos se presentan en Eurasia antes de 400 ka.
  • Las herramientas básicas tales como hachas de mano y cuchillos no están ausentes, pero difieren de las achelenses en tamaño, función y método de producción.
  • Diversidad en la tecnología lítica, a través del tiempo y el espacio, aunque girando sobre una gama restringida de alternativas. Pueden llegar a identificarse hasta sesenta tipos diferentes de lascas y láminas de piedra con diferentes funciones. Muchas variedades surgieron a comienzos del Paleolítico Medio (PM) o incluso antes y no existe aparición y rotación de métodos nuevos. La diversidad regional en el oeste de Eurasia es ya evidente en ca. 400 ka. Esta diversidad regional de las tecnologías de producción lítica sigue aumentando en el PM. En marcado contraste, la diversidad tecnológica disminuye con el tiempo en el Levante Mediterráneo, con excepción del periodo en el que habitaban sapiens arcaicos. Hay una diferencia obvia entre el registro de la MSA del sur de África y el registro del PM de Eurasia: En la MSA sudafricana se aprecia una única secuencia de sucesión industrial y cambio tecnológico en MIS 5-3 (Jacobs y Roberts 2008;. Jacobs et al 2008; Wurz 2013), posiblemente gracias a que los subpoblaciones estaban mejor conectadas. En el Musteriense, una zona puede exhibir una tendencia direccional definida, mientras que en otra zona vecina puede haber una tendencia muy diferente, o ninguna en absoluto. Algunas variaciones constituyen adaptaciones a los hábitats y climas de Eurasia (movilidad, búsqueda de alimento o disponibilidad de materia prima). Al final del MIS 5, las poblaciones del PM se distribuían por todo el oeste, el centro y el sur de Europa, el Levante Mediterráneo y el este hasta las montañas Altai, con hábitats radicalmente diferentes y severas fluctuaciones en el clima (un resumen Andel y Davies 2003; Rohling et al 2013), que inevitablemente habrían llevado a adaptaciones divergentes. Una parte de la variabilidad espacial en los métodos de producción de escamas también, probablemente, refleja la variación neutral. Las pequeñas poblaciones dispersas en toda Europa y Asia occidental, aisladas unas de otras por la distancia y las barreras ambientales, habrían proporcionado una base ideal para los procesos de deriva como la pérdida y al azar y la retención de ciertos comportamientos. La contracción periódica de las poblaciones locales en los refugios durante los intervalos climáticos adversos y su posterior reexpansión en momentos en que las condiciones eran más favorables (un modelo de fuente / sumidero; Dennel 2009) podrían ayudar a mantener o incluso ampliar la variación regional. Contrastes entre las regiones en los patrones de cambio y la diversidad cronológica podrían reflejar la variación en tamaño de las poblaciones y la conectividad, así como los factores ecológicos (revisado en Kuhn 2012). Aunque puede dominar un solo sistema "modal" de producción, casi siempre está representado más de un sistema. En algunos casos los sistemas coexistentes resultan en herramientas de muy distintas propiedades funcionales y en otros casos obtienen formas similares. Hay contrastes interregionales notables en la cantidad de variación tecnológica. Por ejemplo, a finales del Musteriense el sur de Francia muestra un nivel notable (quizás extremo) de variación en la tecnología lítica. En el otro lado de los Pirineos, la variación tecnológica es mucho más limitada, y hay menos tendencias temporales obvias (Ignacio de la Torre, Jorge Martínez-Moreno y Rafael Mora, 2013)
    • Múltiples variantes Levallois. Los aspectos clave del Levallois aparecen en el límite entre el Pleistoceno Inferior y el Medio. Es muy probable que sus orígenes sean múltiples en Eurasia y África.
    • Sistemas no-Levallois.
      • Discoide, cuyo origen se remonta al olduvaiense.
      • Producción sistemática de navajas prismáticas. Aparece en el Ahmudiense del Levente Mediterráneo en 400-350 ka. Debido a que abarca una amplia gama de variaciones, muchas manifestaciones locales de producción probablemente representan desarrollos independientes.
      • Método “La Quina” o yabrudiense. Se enfatiza la fabricación de hojas largas y gruesas (raspadores), a menudo con un lado embotado opuesto a otro afilado. Suelen mostrar un retoque muy característico, producido por la percusión de un martillo blando. Las herramientas resultantes tienen un extenso potencial de reafilado, aunque no siempre se ha efectuado en las herramientas desechadas. El yabrudiense aparece en el Levante Mediterráneo hace más de 400 ka. Poco después, se pueden encontrar similares estrategias de producción de artefactos en Anatolia (proto-Charetiense de Karain Cave; Otte et al. 1995, 1998) y Europa sur-central (e.g., Velika y Mala Balanica; Mihailovic y Mihailovic 2009; D. Mihailovic, 2012). Finalmente, precursores de industrias La Quina aparecen en Europa Occidental en MIS 7 (Ashton y McNabb 1992; Geneste y Plisson 1996; Moncel 2008). Por un lado, la complejidad y el número de rasgos asociados que componen el patrón, sugieren que es poco probable que sea un resultado de repetidas invenciones independientes. Las fechas son consistentes con la idea de que se propagó de este a oeste, ya sea por difusión o movimiento de la población. Al mismo tiempo, es difícil conciliar la idea de mantener un conjunto coherente de comportamientos asociados a más de 200.000 años y miles de kilómetros con cualquier procedimiento conocido de la transmisión cultural.
    • Otras técnicas menos documentadas.
    • Diversidad en la historia de vida de los artefactos. Diferentes estrategias para el reciclado de las herramientas desgastadas por el uso. Sistemas de producción ramificados, de forma que un solo artefacto se puede tratar alternativamente como una herramienta o núcleo en el transcurso de su vida-uso (Bourgouignon, Faivre, y Turq 2004). Esta diversidad da testimonio de la expansión de las funciones de los artefactos, en la obtención de alimentos, en la fabricación de otros artefactos…, responde a la necesidad de mantener herramientas para exigencias tanto predecibles como imprevistas y está relacionada con la movilidad de las personas y los grupos. Ciertas formas de artefactos fueron seleccionadas para el transporte por su versatilidad y capacidad de reafilado. Otras se deshechas tras su utilización local. Las industrias achelenses y anteriores muestran un cierto nivel de redundancia o rigidez en la producción y uso de artefactos. El contraste entre los conjuntos de baja y alta densidad se vuelve aparente por primera vez en algún momento después de 250 ka e indica un uso variable y complejo del paisaje y diferentes subconjuntos de los grupos sociales que llevan a cabo diferentes actividades.
  • Transporte habitual de artefactos. Habitualmente 5-20 km, con una distancia máxima de 20-50 km, aunque hay casos inusuales de más de 100 km. Las escamas y los retocados se transportan de forma más habitual, pero de vez en cuando se transportan incluso núcleos.
    • Esto demuestra planificación, una anticipación a las necesidades, con uso y producción de herramientas organizados a través del paisaje.
    • El transporte a largas distancias puede estar relacionado con el deterioro climático de MIS 4.
  • Uso frecuente del fuego y los hogares, el ocre y los artefactos enmangados. Aparecen a finales del PM (MIS 7-6), el período en el que todo el conjunto de comportamientos del PM parece confluir.
    • Hay evidencia convincente de quema repetida en un área limitada en Gesher Benot Yaacov (Israel) que data de ca. 800 ka (por ejemplo, Alperson-Afil 2008). El fuego se convierte en una parte regular del registro en las dataciones de 400-350 ka y es prácticamente omnipresente en Eurasia y el Levante Mediterráneo después de 200 ka, ya en forma de hogares bien definidos o ceniza dispersa en los sedimentos, o huesos y artefactos quemados. Incluso los sitios relativamente cálidos y secos del Levante Mediterráneo contienen abundante evidencia de uso del fuego. Roebroeks y Villa (2011) registran dos aumentos graduales en la frecuencia del uso del fuego, uno durante MIS 7 y el segundo durante MIS 5. Los hogares aparecen rodeados de una amplia gama de desechos de fabricación de herramientas y de preparación y consumo de alimentos. Pueden ser evidentes diferentes zonas de deposición/eliminación.
    • El uso de pigmentos aparece por primera vez en Eurasia en el PM. La fecha más antigua en Europa proviene del yacimiento musteriense de Maastricht Belvedere, que data de 250-200 ka (Roebroeks et al. 2012). Los pigmentos son un elemento habitual aunque no omnipresente en el registro del PM. Curiosamente, hay poca evidencia de uso de pigmentos en el Levante Mediterrámeo, excepto durante MIS 5, cuando se asocian con fósiles de fósiles de HAM (Bar-Yosef Mayer, Vandermeersch, y Bar-Yosef 2009; Hovers y Belfer-Cohen 2013). Tenemos algunas pistas directas de utilización de estos materiales para teñir ropa u objetos o como aglutinantes o conservantes. No parecen estar fuertemente asociados con los entierros. En las variaciones regionales de la industria lítica, no podemos identificar una señalización de la identidad. Si a esto añadimos la ausencia de sistemas coherentes de ornamentación corporal, podemos concluir que la señalización de la identidad no es una función importante de la cultura material del PM.
      • En las cuevas de Aviones (Murcia, España) se encontraron conchas de molusco que contenía residuos de pigmentación roja hecha con lepidocrocita y mezclada con hematita y pirita, cuyo resultado es cosmético (enero 2010). Para Joao Zilhao esta es la primera prueba concluyente de que hace unos 50 ka, diez mil años antes de la llegada de los seres humanos modernos en Europa procedentes de África, el comportamiento de los neandertales ya estaba simbólicamente organizado. En la Cueva de Nerja (Málaga, España) seis figuras de foca se han datado en 42 ka.
      • Obtención intencional de ocre en Les Bossats (François Mathis et al, 2014)
    • Los artefactos enmangados son una de las pocas novedades reales en el PM de Eurasia. No tenemos una idea muy clara de cómo eran estos enmangados, aunque se han documentado en muchos lugares (por ejemplo, Rotts 2009). La evidencia directa de lanzas se distribuye de forma irregular, probablemente debido a la dificultad de reconocimiento. No todos los objetos puntiagudos formaban parte de armas y además otros útiles sin punta pudieron estar enmangados. La supuesta evidencia más temprana en Europa proviene de Schöningen, Alemania (ca. 400 ka; Thieme y Maier 1995). El yacimiento de Abric Romaní contiene evidencias de útiles de madera.

Características ausentes

No es especialmente útil el uso de evidencia negativa para definir el PM o cualquier otra cosa, pero vale la pena recordar que algunas manifestaciones tecnológicas y culturales que son comunes más adelante en Eurasia y que aparecen en algunos conjuntos contemporáneos del sur de África, son muy raros en el Musteriense. Esta aparición esporádica nos indica la capacidad de aquellos homínidos para reconocer y aprovechar los materiales, pero no sabemos por qué no los utilizaron regularmente.
  • Se han registrado posibles adornos en algunos yacimientos de finales del PM (por ejemplo, d'Errico 2007; Zilhão et al 2010), pero parece que su uso no fue frecuente y extendido, salvo en el Levante Mediterráneo, cuando el sapiens estaba presente en la región (Hovers y Belfer-Cohen 2013).
  • Los conjuntos del PM contienen pocos indicios de que el hueso, cuerno o marfil haya sido utilizado como materia prima para herramientas y el esmerilado y pulido se utilizan pocas veces en estos materiales.
  • En marcado contraste con los períodos posteriores, también hay poca variación aparente en el nivel de inversión o elaboración de la tecnología relacionada con la obtención de alimentos (Kuhn y Stiner 2001).

Tamaño y estructura de la población.

La evidencia isotópica y la fauna sugieren una alimentación centrada en los animales de caza mayor (Bocherens y Drucker 2003; Gaudzinski-Windheuser y Niven 2009; Richards y Trinkaus 2009; Stiner 2013; Stiner y Kuhn 2009; Stiner, Munro y Surovell 2000; Stiner et al 1999; Villa y Lenoir 2009). Debido a que la biomasa de grandes herbívoros es más baja que la de la caza menor o las plantas junto con unas necesidades individuales de energía comparativamente altas en los neandertales (Froelhe y Churchill 2009; Snodgrass y Leonard 2009; Sorenson y Leonard 2001) las poblaciones del PM eran grupos dispersos muy pequeños, en comparación con las del Paleolítico Superior o las de los últimos cazadores-recolectores. Para estos grupos sería difícil mantener el contacto en grandes áreas y las redes sociales estarían limitadas en escala y altamente compartimentadas (Gamble 1999).

Las poblaciones pequeñas, limitan las tasas de invención y aumentan la probabilidad de que las novedades positivas se pierdan (Bentley, Hahn, y Shennan 2004; Henrich 2004; Hovers y Belfer-Cohen 2006; Powell, Shennan, y Thomas 2009). El uso limitado de la tecnología para la identificación y señalización en el PM también es probable consecuencia del pequeño tamaño de grupos que rara vez entraron en contacto (Kuhn y Stiner 2007 ). Del mismo modo, la existencia de muchas trayectorias regionales independientes en el cambio tecnológico se entiende más parsimoniosamente, como consecuencia de redes sociales mal interconectadas que tendían a mantener la información cultural local en lugar de potenciar su difusión rápida (Kuhn 2012).

Esta hipótesis, plantea preguntas importantes.
  • ¿Cómo se mantuvieron estos grupos durante tanto tiempo?
  • ¿Por qué raramente se trascienden las limitaciones ambientales o climáticas diversificando la base de subsistencia?
  • ¿Fueron los factores cognitivos los responsables de la falta de flexibilidad?
Una visión alternativa es que, debido a su historia evolutiva particular, las poblaciones del PM quedaron "encerradas en" un conjunto particular de respuestas de tal forma que cualquier cambio en el comportamiento habría tenido como consecuencia inmediata una aptitud inferior (Andersson, Törnberg y Törnberg 2014).

Cronología de la aparición del método Levallois en Europa.
A: 1. Purfleet, 2. Mesvin IV, 3. Kesselt-Op De Schans, 4. Markkleeberg, 5. La Micoque, 6. Petit Bost, 7. Le Bosses, 8. Raspide 2, 9. Orgnac 3, 10. AT Gran Dolina, 11. Ambrona, 12. Aridos 1,13. Domeny, 14. Puig d’en Roca III; 
B: 1. Thames Valley, 2. Maastricht-Belvedere, 3. Biache-Saint-Vaast, 4. Bapaume Les Osiers, 5. Salouel, 6. Le Pucheuil, 7. Therdonne, 8. Le Rissori, 9. Ariendorf 1, 10. Achenheim, 11. Petit Bost, 12. Gran Rois, 13. Cantalouette, 14. Barbas, 15. Campsas, 16. Torralba, 17. Galeria Pesada, 18. Baume Bonne, 19. San Bernardino, 20. Korolevo; 
C: 1. Le Pucheuil, 2. La Cotte San Brelade, 3. Markkleeberg, 4. Achenheim, 5. Abri Suard, 6. Barbas, 7. Cantalouette, 8. Grotte Vaufrey, 9. Baume Bonne, 10. Lazaret, 11. San Bernardino, 12. Krapina, 13. Lezetxiki, 14. Cariguela, 15. Solana del Zamborino, 16. Poggio, 17. Molare. 
Cuadrado: hachas de mano y Levallois. Círculo: Levallois
Bifaz triangular de Saint Sauveur (Vienne, MTA)


Es objeto de controversia si las diferencias entre los conjuntos del Musteriense reflejan una sucesión cronológica de industrias o por el contrario son consecuencia de diferencias poblacionales, del uso del sitio o de la materia prima, entre otras.

Bordes (1953) definió unas variantes culturales del musteriense (facies de Musteriense típico, facies de Musteriense tipo Ferrassie, facies de Musteriense tipo Quina, facies de Musteriense de Deticulados y facies de Musteriense de Tradición Achelense o MTA). El análisis de David Santamaría y Marco de la Rasilla (2013) para la Península Ibérica ha demostrado la falta de sentido de esta división, al constatar la continuidad de los conjuntos. Además, nuevas dataciones en La Ferrassie descartan que el conjunto sea anterior al de La Quina (Guillaume Guérin et al, 2015). Para la atribución de las capas G y H de Le Moustier al MTA, ver Gravina y Discamps, 2015)

Eugène Morin et al (2014) han examinado las hipótesis cronológicas en el Suroeste de Francia, correlacionando de los datos faunísticos con los eventos climáticos.
Los resultados implican que la variabilidad de industrias del PM siguen distintas etapas cronológicas.
  • > 90 ka. PM 10. Levallois rico en raederas.
    • Bourgeois-Delaunay 10-9.
    • Conjuntos con raederas frecuentes, comúnmente en uni/bidireccional Levallois. Aumento en con el tiempo del discoide? Puntas musterienses con frecuencias variables.
    • El caballo domina en algunas muestras.
  • > 79 ka. MIS 5. PM 9. Discoide/Levallois rico en raederas. 
    • Combe-Grenal 55-42. Bourgeois-Delaunay 8 '?.
    • Las raederas son comunes; están representados los denticulados. El discoide está bien atestiguado en algunos conjuntos. El método Levallois recurrente aparece en frecuencias bajas a moderadas.
    • Caballo y/o ciervo rojo. Reno prácticamente ausente.
  • 79-75 ka. MIS 5a. PM 8. Raederas raras / Asinipodiense (Bordes, 1981).
    • Combe-Grenal 41-38. Pech IV 6a-6b.
    • Las raederas son menos abundantes que otros tipos. Levallois recurrente frecuente, aunque el discoide puede prevalecer en algunas muestras. En algunos conjuntos es común la producción de escamas de pequeño tamaño, lascas Kombewa y piezas truncadas facetadas.
    • Predominio del ciervo rojo. Posiblemente asociado con una pequeño pico del corzo. Reno raro o ausente.
  • 75-67 ka. MIS 5/4. PM 7. Levallois rico en raederas. 
    • Combe-Grenal 37-27.
    • La proporción de raederas es de moderada a muy alto. El Levallois recurrente así como las preparaciones uni/bidireccional y centrípeta. Las herramientas con retoque Quina están presentes en bajo número.
    • Fauna asociada.
      • 74-73 ka PM 7a. Posible pico del caballo.
      • 70 ka PM 7b. Pico de bovinos.
      • PM 7cc. Dominio de renos.
  • 67-59 ± 1.3 ka. MIS 4. PM 6. Quina. 
    • Combe-Grenal 26-17.
    • Alta proporción de raederas, frecuentemente con retoque Quina. Productos obtenidos utilizando el concepto Quina. Presencia en algunos ''tranchoirs'' y ''limaces''.
    • Domina el reno.
  • 59 ± 1,3 a 55 ± 1.2 ka. MIS 4/3. PM 5. Discoide Denticulado.
    • Combe-Grenal 16-13.
    • Enfoque a la producción de puntas seudo-Levallois. Son frecuentes productos Kombewa.
    • Pico del caballo.
  • 55 ± 1,2 a 52 ± 1.2 ka. MIS 3. PM 4. Levallois / Discoide Denticulado. 
    • Combe-Grenal 12-11, Fonseigner H-G?.
    • Levallois recurrente y discoide representados. Los núcleos Levallois suelen ser explotados de manera centrípeta.
    • Auge de los bovinos.
  • 52 ± 1,2 a 47 ± 1.0 ka. MIS 3. PM 3. Levallois con raederas frecuentes.
    • Combe-Grenal 10-5.
    • Raederas comunes. Levallois. Dominan los patrones unidireccional y centrípeto.
    • Fauna asociada.
      • PM 3a. Posible pico del ciervo rojo.
      • PM 3b. Pico del reno.
  • 47 ± 1,0 a 45 ± 0.9 ka MIS 3. PM 2. MTA.
    • Combe-Grenal 4-1.
    • El método Levallois recurrente domina al principio del periodo, pero es reemplazado luego en gran medida por modos discoide y semi-rotante. Frecuencias variables de bifaces MTA y"raclettes".
    • Fauna asociada.
      • PM 2a. Resurgen ciervo y corzo.
      • PM 2b. Fuerte aumento en la abundancia del bisonte.
  • 45 ± 0,9 a 42 ± 0.8 ka. MIS 3. PM 1. Discoide / Levallois Denticulado.
    • Saint-Césaire EGF-EJOP inf.
    • Prevalencia del Discoide sobre el Levallois. Los núcleos Levallois a menudo muestran cicatrices centrípetas. En algunas muestras, pueden ser frecuentes los cuchillos con cara pasiva.
    • Fauna asociada.
      • PM 1a. Disminución de la abundancia del bisonte.
      • PM 1b. Pico del caballo.
      • PM 1c. Resurge el bisonte.

Distribución de patrones regionales de herramientas bifaciales en Europa entre 115-35 ka y yacimientos objeto de estudios de caso. Karen Ruebens, 2013.
Karen Ruebens (2013) ha publicado una intercomparación a gran escala de las herramientas bifaciales realizadas en Europa Occidental por neandertales clásicos en el periodo MIS 5d-3 (115-35 Ka).
Según los resultados, se constata un alto grado de variación, que es resultado de la utilización de varios métodos de producción. Se pueden agrupar las herramientas en tres patrones regionales:
  • Musteriense de tradición achelense (MTA), en el suroeste, en el que dominan las hachas de mano.
  • Keilmessergruppen (KMG), en el noreste, caracterizado por herramientas bifaciales con dorso y n forma de hoja.
  • Musteriense con herramientas bifaciales (MBT), en el resto, caracterizado por una amplia variedad de herramientas bifaciales.
Las diferentes condiciones locales, como la materia prima o la function, no son suficientes para explicar esta división. El MTA y el KMG pueden ser vistos como dos tradiciones culturales diferentes. El MBT es interpretado como una zona de frontera donde interactúan grupos del este (KMG) y el oeste (MTA).

    Núcleo y lasca Levallois.

    EFICIENCIA DE LAS INDUSTRIAS LÍTICAS (Stringer y Gamble)
    INDUSTRIA
    SUPERFICIE CORTANTE A PARTIR DE 450 gr DE SÍLEX
    Olduvaiense
    5 cm
    Achelense
    20 cm
    Musteriense
    1 m
    Magdaleniense
    3-12 m

    El complejo VI3 del yacimiento de Umm el Tlel (El Kown Basin, Siria; Antoine Lourdeau, 2011), está datado en 70 ka. El sitio, en la ribera de un lago y con un entorno relativamente árido, fue cubierto por el agua y depósitos sedimentarios. Las actividades de carnicería tuvieron un papel relevante y el lugar fue ocupado de forma intensiva en visitas episódicas. El modo de ocupación y explotación del espacio, en particular en lo que se refiere a las materias primas, indica altos grados de conocimiento y anticipación.
    Los hallazgos de los diferentes estratos revelan una estasis tecnológica durante un periodo relativamente largo, no determinada por el entorno, sino fruto de un alto nivel de estandarización en las técnicas y en la utilización del territorio.
    El conjunto revela la existencia de al menos dos cadenas de reducción:
    • Levallois orientado a la producción de positivos de menos de 8 cm, con importación y exportación de materiales.
    • Levallois para la producción de escamas más grandes.
    Cadenas operativas y espaciales en Umm El Tlel. Antoine Lourdeau, 2011.

    El yacimiento de Oscurusciuto, Ginosa, Sur de Italia, datado en 38,5 ka, fue excavado sistemáticamente (Paolo Boscato et al, 2011). Se hallaron huesos de ungulados, principalmente de Bos primigenius, explotados para la extracción de la médula y probablemente para usar la epífisis y las articulaciones como combustible. En cuanto a la industria lítica, aparece el rango completo de productos descamados junto a elementos retocados, con abundancia de raspadores, mostrando que todo el proceso fue realizado in-situ, explotando guijarros de jaspe de una corriente cercana. Prevalece la modalidad unipolar de la técnica Levallois. En una de las unidades del yacimiento está presente la técnica discoide.


    Esquema del sistema tecnológico de producción de los hallazgos de Oscurusciuto. Paolo Boscato et al, 2011.

    Ceri Shipton et al (2013) han revisado las evidencias líticas de cuatro cuevas de Gibraltar: Vanguard, Beefsteak, Ibex y Gorham.
    El musteriense de Gibraltar se incluye en el rango de variación del Paleolítico Medio típico desde el levallois radial hasta esquemas de descamación unidireccionales y multiplataforma.
    Se ha documentado el patrón de cambio en la secuencia de la Cueva Gorham:

    • Los conjuntos más jóvenes utilizan más material local y procedimientos de descamación menos formales.
    • Este cambio pudo ser consecuencia de una reducción en la movilidad como reacción a un deterioro del clima durante MIS3, cuando la población neandertal se contrajo sobrevivendo solo en lugares refugio.
    Figura 4 núcleos Levallois de Gibraltar.
    Núcleos levallois de Gibraltar
    Hasta tal punto existe una identificación entre cultura musteriense y Homo neanderthalensis que en bastantes ocasiones los yacimientos se atribuyen a los neandertales por el mero hecho de encontrarse en ellos útiles musterienses. Pese a las dificultades de unir una especie con una tradición cultural, la cultura musteriense parecía sin lugar a dudas un signo de identidad de los neandertales.

    -       Esta manera de entender las cosas cambió, sin embargo, con la aparición y estudio de los yacimientos del Próximo Oriente. No se podía distinguir allí entre localidades ocupadas por neandertales y propias de seres humanos de aspecto moderno en función de las tradiciones culturales diversas. La diferenciación neandertal-musteriense cromagnon-auriñaciense en Europa, no podía trasladarse al Próximo Oriente, donde todos los yacimientos (neandertales y sapiens) contenían los mismos útiles musterienses. Esto quiere decir varias cosas:
    o    Los préstamos culturales eran comunes en el Paleolítico Medio en los yacimientos orientales.
    o    En los inicios de la ocupación de la franja levantina del Mediterráneo, los sapiens dispusieron de los mismos útiles que los neandertales.
    o    ¿El nivel cognitivo de los neandertales era tan alto como el de los sapiens? Trinkaus, Howells, Bar-Yosef y Vandermeersch, entre otros, creen que sí.

    Más allá de las posibilidades de hibridación, la capacidad de los neandertales para el simbolismo, la religión, el arte y el lenguaje puede dar una medida acerca de la verdadera distancia que nos separa. Muchos de los argumentos a favor y en contra, suponen poco más que especulaciones un tanto arriesgadas.
    -       Para Lindly y Clark (1990) no existió simbología alguna antes del Paleolítico Superior y por tanto no cabe identificar el simbolismo con una particular especie.
    La base para atribuir un pensamiento trascendente a los neandertales procede del posible enterramiento de sus miembros. El hecho en sí de un enterramiento voluntario es indicativo de un respeto y un aprecio, toda vez que es una forma de hurtar el cadáver al acceso de los carroñeros. Quizá eso implique, en cierto modo, el planteamiento de inquietudes acerca del más allá, del hecho de la muerte y del sentido de la existencia. Si a los enterramientos se les acompaña cualquier tipo de ritual, el argumento de la religiosidad se ve reforzado de una manera casi indiscutible. Los posibles enterramientos de neandertales han sido detectados en varios yacimientos.
    -       Hay evidencias de enterramiento deliberado en el viejo de La Chapelle-aux-Saints, La Ferrasie y Shanidar.
    -       Hay evidencias de rituales.
    o    En Kebara (Israel). A un esqueleto muy bien conservado, le falta el cráneo, en una acción deliberada que tuvo lugar muchos meses después de que el individuo hubiese muerto, porque no cabe imaginar una interpretación tafonómica distinta.
    o    En Dederiyeh (Siria). Un infantil neandertal en excelente estado de conservación fue depositado con los brazos extendidos y las piernas flexionadas. Una piedra caliza de forma casi rectangular estaba colocada sobre el cráneo del esqueleto y una piedra pequeña triangular de pedernal apareció en el lugar correspondiente al corazón.
    o    En Shanidar IV. El hallazgo de cantidades notables de polen se interpretó como prueba de que se había producido una ofrenda floral intencionada (Solecki y Leroi-Gourhan 1961; Solecki 1963; Leroi-Gourhan 1968, 1975, 1998, 2000; pero Sommer (1999)Fiacconi y Hunt (2015). Los cráneos I y V muestran una deformación atribuida a razones estéticas o culturales.
    o    Teshik-Tash (Uzbekistán). Enterramiento infantil asociado a cráneos de cabra montés en círculo y con las puntas de los cuernos hacia abajo. Mellars ha cuestionado esta interpretación.
    -       Mellars (1996) recuerda que cabe ver en los enterramientos neandertales una respuesta a la necesidad de desembarazarse de los cuerpos muertos.
    -       La evidencia más notoria en contra de la idea de unos enterramientos neandertales en un sentido trascendente, es la propia disposición de las sepulturas de los sapiens contemporáneos a ellos. Las tumbas conocidas no dan ninguna pista concluyente acerca de la autoconciencia y mucho menos la religión de los neandertales. Pero si sostenemos que neanderthalensis es una especie distinta a la nuestra ¿cómo podríamos saber en qué consiste para alguien así una creencia, un símbolo o una ceremonia?
    Dataciones de yacimientos musterienses de la Península Ibérica. Ignacio de la Torre, Jorge Martínez-Moreno y Rafael Mora, 2013.
    Abric Romaní (margen derecho del Anoia, Capellades, Barcelona, España) abarca una secuencia cronológica de ocupación humana muy amplia (70-40 ka) que permite reconstruir el modo de vida de los cazadores-recolectores neandertales. Destaca el trabajo de la madera y la articulación del espacio habitable en distintas áreas, con el fuego como eje central del mismo. El yacimiento fue descubierto en 1909 por Amador Romaní.
    Desde el abrigo, se accede a tres ecosistemas distintos, con gran variedad de recursos, incluyendo materias primas para la talla. Sin embargo, se prefería el sílex que había que conseguir a varios kilómetros.
    En cuanto a las técnicas de talla, aparecen el método levallois y el discoide y en menor medida la secuencia laminar.
    Los estudios funcionales indican que estos artefactos fueron utilizados en distintas actividades, entre las que destacan las relacionadas con el trabajo de la piel y el procesamiento de carcasas animales.
    A partir de una serie de pautas de actuación relacionadas con la caza, tales como el desarrollo de las estrategias de caza de grandes animales o el transporte de las piezas desde el lugar en el que se abaten hasta el campamento central, así como de los patrones de procesamiento repetitivos y sistemáticos, que requieren un alto grado de planificación y de previsión, podemos suponer que estamos ante grupos de cazadores y recolectores con un alto grado de cohesión social, sin diferencia alguna con las sociedades de cazadores y recolectores del paleolítico superior.
    A partir del análisis de las piezas cazadas, podemos observar que el transporte de las piezas hasta el campamento sigue un determinado patrón:
    • los animales medianos y pequeños se llevan íntegros al yacimiento.
    • los animales grandes son procesados en el lugar de la cacería; la fracturación de los huesos para la obtención de la médula ósea sigue unas pautas preestablecidas y bien definidas.
    El papel central de los hogares en la distribución de las actividades ha permitido caracterizar el Abric Romaní como un espacio residencial estructurado en torno a áreas domésticas, de acuerdo con un patrón de organización similar al documentado entre poblaciones actuales de cazadores recolectores. 
    • Los hogares están representados en todos los niveles excavados, lo que corrobora que el uso del fuego estaba plenamente arraigado en la cultura neandertal. Las estructuras de combustión suelen llevar asociados restos de fauna y artefactos de piedra, además de restos de madera. Los hogares se limpiaban regularmente: los neandertales cubrían el suelo con pieles curtidas; encima ponían limo o arena y hacían sus hogueras; de ese modo, cuando éstas se apagaban podían sacar las cenizas de las cuevas con facilidad. Se han identificado varios tipos de fogones, incluyendo:
      • Estructuras planas junto a la pared del abrigo rocoso, que se cree serían fuentes de iluminación y calor cerca de las áreas para dormir.
      • Hogares más grandes, ubicados más al centro, con evidencias de huesos animales y herramientas líticas que podrían representar los centros de actividad para la cocina y la manufactura de herramientas. 
      • Agujeros de palo: pequeños hogares que pueden sustentar algún artefacto para, por ejemplo, poder cocinar carne o vegetales.
    • El dormitorio de descanso, era el espacio más interior y, por tanto, más protegido. Este tipo de habitación, hasta ahora, sólo se había documentado en los sapiens.
    • En algunos niveles, hay indicios de agrupaciones estacionales de varios grupos.
    El yacimiento ofrece un singular registro de artefactos de madera a partir de los negativos marcados en el terreno, lo que constituye un hecho excepcional. El trabajo de la madera debió tener una gran importancia en la organización de las actividades socioeconómicas del grupo. Los neandertales cortaban los árboles, con piedras, al lado del campamento, y almacenaban la leña para las hogueras. Algunos restos se han interpretado como elementos de construcción de habitaciones o tiendas.



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