Distriubución de Chersina angulata en los sitios sudafricanos del MSA. |
La comprensión de la contribución de las pequeña fauna, como tortugas, a la dieta humana es necesaria para la identificación de los cambios en las estrategias generales de forrajeo y de la implicación de los individuos con dificultades para colaborar en la caza a gran escala.
Una sola tortuga (Chersina angulata) proporciona aproximadamente 3.332 kJ (796 kcal) en sus tejidos comestibles, lo que está entre el 20 y el 30% de las necesidades energéticas diarias de un adulto activo. Debido a que son fáciles de procesar, las tortugas constituyen un recurso muy valioso, pero su lento crecimiento y reproducción las hace susceptibles a la sobreexplotación.
Datos zooarqueológicos de Blombos Cave muestran el aumento en el consumo de tortugas entre 100-75 ka, aunque su aporte calórico en relación con el proporcionado por los ungulados se mantuvo moderado.
Al final del MSA, las estrategias de subsistencia humanas pasaron a enfatizar de nuevo la caza de grandes mamíferos, lo que probablemente precipitó los cambios en los roles sociales de los cazadores y recolectores durante el Still Bay.
Middle Stone Age (MSA)
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