Perfiles nasales de Xujiayao 1 (A), Changyang 1 (B), Chaoxian 1 (C), y Sangiran 4 (D). Crédito: WU Xiujie |
Nasal floor variation among eastern Eurasian Pleistocene Homo
Xiu-Jie WU, Scott D. MADDUX, Lei PAN y Erik TRINKAUS.
https://www.jstage.jst.go.jp/article/ase/advpub/0/advpub_120709/_pdf
Estos investigadores analizaron los fósiles Sangiran 4, Chaoxian 1, Xujiayao 1, y Changyang 1, encontrando un suelo nasal en dos niveles similar al que presentan los neandertales, mientras que los humanos modernos mostramos un solo nivel.
Siguiendo a Clark Howell
(1952) los rasgos morfológicos de los neandertales clásicos son los siguientes:
- Menos platicefalia que los erectus,
pero mantenida hasta cierto punto. Depresión central en el occipucio (fosa
suprainíaca). La parte posterior del cráneo tiene un abultamiento
característico (moño) que no está concentrado en un punto, como en el caso
del erectus; servía para anclar
una fuerte musculatura del cuello.
- Esqueleto facial ancho con nariz prominente y gran arco cigomático.
- Gruesos arcos supraorbitales semicirculares y separados que no se
extienden lateralmente. A diferencia de heidelbergensis y rhodesiensis
estas estructuras óseas están bien desarrolladas en las hembras y
aparecen en una fase temprana del crecimiento, hacia los ocho años. Disponen
de senos frontales interiores que aligeran esa estructura en apariencia
tan masiva. En los erectus, son
compactos.
- Ausencia de barbilla. Mandíbula potente, con un diastema retromolar
entre el M3 y el ramus de la mandíbula. Incisivos relativamente grandes,
que muestran un fuerte desgaste. Molares de tamaño reducido. Taurodontismo
molar: no ramificación de las raíces y grandes cavidades pulpares.
- Trinkaus (1988) lo considera como el resultado de la combinación
de dos factores:
i. El mantenimiento
del prognatismo facial del grado erectus (plesiomorfia)
ii. La retirada hacia
atrás de la región masticatoria muscular (sinapomorfia compartida con los sapiens).
- Según Loring Brace (revolución culinaria) las características
faciales guardan una relación estrecha con la importancia de los incisivos
para la manipulación de objetos y la fabricación de herramientas. La
dirección de las marcas sugiere que la mayoría de los neandertales eran
diestros. A medida que la industria lítica mejora, comienza a declinar el
tamaño de los dientes y el rostro.
- Las más grandes capacidades craneales en un homínido (media de 1.500
cc).
- Trinkaus (1984) sugiere que puede ser el resultado de un periodo
de gestación más extenso.
- Poirier (1987) las atribuye a un cuerpo más pesado.
- Esqueleto postcraneal muy robusto. Columna vertebral corta y
masiva. Extremidades robustas y cortas en relación a la altura.
Articulaciones grandes. Omóplatos con inserciones musculares extensas.
Caja torácica grande y redondeada.
- Las extremidades cortas serían para Trinkaus un rasgo derivado,
pero entran dentro del rango de variabilidad de los humanos actuales, por
lo que no cabría considerarlo como un rasgo propio.
- De los estudios genéticos realizados con los neandertales de El
Sidrón, se deduce que eran de piel clara, con el color del pelo rojo parecido
al de los caucásicos (variante del gen MICR). Poseían una versión similar
a la nuestra del gen Foxp2, relacionado con el lenguaje. (Finlayson,
2010).
Trinkaus (1988) solo acepta como verdaderas
apomorfias de los neandertales unos pocos rasgos relativos a las regiones
temporales y occisito-mastoideas del cráneo. Esta convicción no es ajena a la
idea los neandertales como una variedad de nuestra propia especie.
Schwartz y Tattersall (1996) consideran algunos rasgos en la
región interna de la nariz como autapomorfias y por tanto están a favor de la
separación de especies. Xiu-Jie WU Xiu-Jie WU
et al (2012) analizaron los fósiles de sapiens
Sangiran 4, Chaoxian 1, Xujiayao 1, y Changyang 1, encontrando un suelo nasal
en dos niveles similar al que presentan los neandertales, mientras que los
humanos modernos mostramos un solo nivel.
Lieberman y McCarthy (1999) opinan a favor de la
separación de especies, basándose en la falta de proyección facial de los
humanos modernos.
Conviene advertir que estos rasgos no están
presentes en todos los ejemplares. Existe un rango muy amplio de variedad
atribuida por Wolpoff (1980) en gran medida a los dimorfismos sexuales.
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