En el caso del ser humano, las personas nos relacionamos con más individuos de los que el número de Dunbar establece.
Según el cierre triádico, si A se relaciona con B y B se relaciona con C, entonces A se relaciona con C. Solo es preciso recordar dos de las relaciones para deducir automáticamente la tercera.
Los términos de parentesco permiten deducir o excluir determinadas relaciones entre dos individuos (como "el hijo del hijo es el nieto" o "el hermano no puede ser el padre") y cuando se combinan con el cierre triádico, la recuperación de relaciones queda fortalecida.
Otros esquemas mentales pueden ser utilizados igualmente para comprimir la información relativa a individuos relacionados.
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