Localización de Quesem Cave y conjunto faunístico en torno al hogar central. Ruth Blasco et al, 2015. |
En 2010, Israel Hershkovitz, Patricia Smith, Rachel Sarig, Rolf Quam, Laura Rodríguez, Rebeca García, Juan Luis Arsuaga, Ran Barkai y Avi Gopher publicaron un estudio sobre unos dientes hallados en la cueva de Qesem (Israel) datados en 0,4-0,2 Ma.
- Tres dientes mandibulares permanentes, hallados en la parte inferior de la escala estratigráfica. Las pequeñas dimensiones de las coronas indican un alto grado de reducción dental, aunque las raíces son largas y robustas.
- Tres dientes maxilares permanentes y dos dientes deciduos se encuentraron en la parte superior. Son mucho más grandes y muestran algunos rasgos plesiomórficos similares a los presetes en los hallazgos de Skhul y Qafzeh. Algunos rasgos sugieren una afinidad con neanderthalensis.
- Una población asociada con el complejo cultural local Acheulo Yabrudian.
- Algunos rasgos neandertaloides (pala y tubérculo lingual) sugieren una población pre-neandertal. Estos rasgos se perdieron en los especímenes de Skhul y Qafzeh (intermedios) pero vuelven a presentarse en otros hallazgos más modernos de la región.
- La presencia de taxones múltiples, ya que los dientes más antiguos son más pequeños y más modernos que los posteriores.
Qesem. Excavación del gran hogar central. Ruth Blasco et al, 2014. |
Karen Hardy et al (2015) han estudiado muestras de cálculo de los dientes de Qesem, encontrando la presencia de:
- Microcarbones que evidencian que aquellos seres vivieron en ambientes cerrados con humo.
- Fibras vegetales y fitolitos que indican actividades de higiene oral o la utilización de los dientes para trabajar materias primas.
- Gránulos de almidón y otros compuestos químicos, restos del consumo de alimentos de origen vegetal con nutrientes esenciales, incluyendo ácidos y carbohidratos grasos poliinsaturados.
Dientes de Qesem. Sarig et al, 2015 |
Tatiana Sella-Túnez e Israel Hershkovitz han estudiado el desgaste. Los datos obtenidos sugieren que aquella población poseía un fuerte sistema masticatorio que producía una fuerza masiva en la parte anterior. La carne se retenía con los dientes y con una mano mientras la otra utilizaba el filo de un sílex de pequeño tamaño para cortarla o desgarrarla en el aire. Los errores en el procedimiento producían a menudo daños en los propios dientes. El amplio desgaste de las piezas, pese a la juventud de los individuos, sugiere que la carne se completaba con una dieta muy abrasiva de semillas.
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