Cambios ontogenéticos en la forma de la prominencia mental. |
Durante el curso de la evolución humana, la retracción de la cara ha reducido la dimensión horizontal del tracto vocal. Por el contrario, el tamaño relativo de la lengua no se ha reducido, lo que implica un reordenamiento del espacio en la parte posterior del tracto vocal para permitir la respiración y la deglución. Esto pudo haber originado como subproducto evolutivo la prominencia mental (mentón o barbilla) que se considera constituye una autapomorfia de Homo sapiens.
Michael Coquerelle, Juan Carlos Prados-Frutos, Rosa Rojo, Philipp Mitteroecker y Markus Bastir han comparado 34 bebés humanos actuales y 8 fetos de chimpancés, con un desarrollo similar de la sínfisis mandibular, para comprobar que los cambios ontogenéticos compartidos en ambas especies en la forma de la sínfisis, son impulsados por el mismo factor: la restricción de espacio en la parte posterior del tracto vocal y la disposición asociada de la lengua y el hueso hioides.
Según los resultados de los estudios morfométricos, en ambas especies, el desplazamiento hacia delante de la región mental, se deriva de la disposición de la lengua y el hueso hioides, con el fin de hacer frente al estrechamiento horizontal de la cavidad oral.
Debido a que los seres humanos y los chimpancés comparten este patrón de integración de desarrollo, las diferentes formas de la prominencia mental vistas en algunos homínidos extintos (como Guattari 3, La Quina 9, Saint-Césaire, Vindja 206, Atapuerca AT605 y AT300, es probable que se hayan respondido a limitaciones ontogenéticas equivalentes. Las variaciones en este proceso podrían ser responsable de morfologías similares.
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