Bonobos © Pascal Martin / Mi |
La mayoría de los individuos eran huérfanos, pero algunos habían sido criados en la reserva por sus madres. Los autores observaron cómo los juveniles de distinta crianza respondían a los acontecimientos estresantes, cuando los afectados eran ellos mismos y cuando eran testigos del estrés y sufrimiento de los demás. La variable dependiente principal fue el consuelo mediante el contacto corporal. Los bonobos jóvenes mostraron la misma relación que en los niños entre la capacidad para regular sus propias emociones y las competencias sociales, como el desarrollo de la amistad y la preocupación por los demás. Los jóvenes criados por sus madres, se desenvolvieron mucho mejor que los huérfanos, lo que pone de relieve la importancia del vínculo madre-hijo.
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Reseña en Science Daily
Comentarios de Teresa Guerrero
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